Un niño llamado Jesús
Como hace dos mil años, también para el hombre y la mujer de hoy, especialmente para los jóvenes, la vida pareciera deslizarse entre esperanzas efímeras y dolorosas desilusiones. Muy a menudo, se pasa de la exaltación al desencanto, de la embriaguez de los éxitos a la angustia de la derrota y a la depresión que opaca el horizonte. El cambio es extremadamente rápido. La risa deja paso al llanto, a la depresión y al sin sentido de la existencia. A ello contribuye, no poco, un estilo de vida exaltado por la superficialidad de la farándula, no sólo del espectáculo, sino también de la cultura social, política y económica y del entorno egoísta, materialista y hedonista. Autor: Mons. Ricardo Ezzati Adrello, Fecha: 24/12/2008 País: Chile Ciudad: Concepción Mensaje de Navidad del Arzobispo de Concepción