No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,de urgencia mía de mi piel de ti,de mi alma de ti
y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,de nosotros, de ése,desgarrado, partido,me muero, te muero, lo morimos.(...)
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí.(...)
Morimos, lo sabemos, lo ignoran,
nos morimos entre los dos, ahora, separados,del uno al otro,
diariamente,cayéndonos en múltiples estatuas,en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,en tus muslos dulcísimos y vivos,en tu carne sin fin,
muero de máscaras,de triángulos obscuros e incesantes.

Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,de nuestra muerte, amor, muero, morimos.

En el pozo de amor a todas horas,inconsolable, a gritos,dentro de mí quiero decir,
te llamo,te llaman los que nacen,
los que vienende atrás, de ti, los que a ti llegan.

Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines.

Entradas populares