Se dice que Marlene Olivarí está abusando de fármacos y también se dice que está consumiendo drogas, cocaína...


¿Crisis Nerviosa?

La pequeña historia de la diva que se consagró en “Morandé con Compañía” registra algunos episodios que la vinculan con estados nerviosos alterados y con frecuentes crisis personales, casi todas relacionadas con su esposo y ex manager Roberto Dueñas, con quien se casó en diciembre de 2004. Marlen fue internada de urgencias en la Clínica Las Condes el 2 de agosto de 2006. En las primeras horas las razones de su ingreso al centro hospitalario no estaban muy claras hasta que fue anunciado que se debía a un shock nervioso. Después de participar en el programa “Rec” de Chilevisión, cerca de la una de la mañana fue llevada por Dueñas, quien esa vez señaló que “a eso de las nueve de la noche hablamos con el médico para evaluar, una vez que saliera del programa. Tenía la presión muy alta y se decidió que fuera internada, nunca le había pasado algo así. Ella es una persona súper fuerte”. Sin embargo, personas que trabajan en el programa recuerdan que Marlen estaba muy alterada y que Dueñas estaba nervioso por lo que estaba pasando. “Él caminaba por los pasillos, tenía la cara desfigurada. Marlen estaba con taquicardia y en el programa nos preocupamos mucho”, recuerda un productor del espacio que conducía Leo Caprile. Esa noche fue muy difícil para la pareja porque eran las primeras señales públicas de los problemas que enfrentaba la mujer más sensual de la televisión chilena. “Está triste, complicada y asustada”, decía su esposo al día siguiente en “Mucho gusto”, el matinal de Mega donde oficiaba de opinólogo. En la clínica estuvo aislada y el resultado de los exámenes se mantuvo en estricto secreto, porque Dueñas no quería que trascendiera el duro momento de Marlen. “En esos momentos Roberto estuvo muy asustado con que se filtrara a la prensa lo que realmente estaba pasando: no sólo era una crisis nerviosa, porque Marlen esa noche estuvo mal, muy mal, y no fue precisamente por presiones”, dice un cercano.
Todas las crisis que han vivido las divas de las 48 versiones del Festival de Viña del Mar no se equiparan en nada al gran culebrón de Marlen Olivari, una ex diosa en caída libre. Hace un mes, la antigua chica de Kike Morandé anunció a este diario que “la llorona ya no existe” y que sus periódicas crisis de pareja y de relaciones comerciales con Roberto Dueñas, habían concluido, que su mala racha 2006 se había terminado y que una nueva Marlen había nacido. Pero no fue así.

El 12 de enero, la diva hablaba sin parar, sin poder enfocar la mirada ni un instante, con su cara llena de muecas características de sistema nervioso alterado, pero tan entusiasmada que parecía efectivamente haber superado sus crisis personales que la habían hecho pasar un año 2006 horrible.

Otro espejismo, porque desde su llegada a Viña, la Olivari ha protagonizado los escándalos más llamativos del circo y se ha convertido en hazmerreír de la crítica y parte del público. Su desafortunada semana fue coronada el viernes con la pérdida del cetro de reina del Festival de Viña, una corona que ganó Diana Bolocco por dos votos (50 contra 48). Según una encuesta del diario “La Cuarta”, organizadora del concurso, el 49,4% de los 3.647 votantes, consideró que la crisis entre la diva y su marido era un tongo para favorecer su elección como reina, apelando a sentimientos como la lástima y la compasión del “monstruo”, siguiendo la moda que han impuestos ciertos políticos.

Sus “performances” empezaron el día de la gala, donde se presentó con su ya famoso vestido repollo, que provocó hilaridad entre los asistentes. Ese día la estrella fue Cecilia Bolocco con su traje transparente, que atrajo todos los focos y demostró que sigue siendo la reina de las provocadoras, creando una imagen que fue incluso portada de grandes diarios europeos. A la esposa de Carlos Menem le bastó con esta aparición para poner su firma en el Festival y liquidar las maniobras de las “advenedizas”.

El búfalo Dueñas

Durante la solemne presentación del jurado internacional a la prensa sin que nadie se lo pidiera, Marlen avisó que su matrimonio “estaba pasando por una grave crisis”, se echó a llorar compulsivamente y reveló que había sido Roberto Dueñas quien había elegido el vestido de tutú rosa, funando a su marido. En su primera noche en la Quinta, aprovechó de saldar su deuda con su propio mito y darle carne al “monstruo”. Al momento de ser presentada, se estiró su sostén para dejar visible medio pezón y saludar con pachorra. Un incidente que al día siguiente le costó una pelea a un camarógrafo en la puerta del hotel Miramar. Fueron los primeros episodios del mejor tongo de Viña 2007.

El jueves, poco después de las diez de la mañana, el Kiwi, trabajando de notero del matinal de Canal 13, tenía lista una conexión con Roberto Dueñas en el hall del Miramar. Pero justo en ese momento un camarógrafo le dijo que se había notado mucho “el montaje” de su esposa para mostrar su pezón. El irritable empresario se abalanzó sobre el profesional y debió intervenir un guardia para controlar su furia. De inmediato, el esposo de la diva suspendió la nota y se fue a desayunar a la terraza del hotel, faltando incluso a su trabajo como opinólogo de “Gente como tú”, el matinal de Chilevisión donde compartía tribuna con Francisca García-Huidobro, autodenominada la “María Patiño” -opinóloga estrella de la farándula española- de la televisión chilena.

Advertido que acababa de anunciarse su expulsión del programa, Dueñas, siempre resoplando, subió a su habitación en busca de su computador portátil para comprobar las cláusulas del contrato, y sobre todo las cifras de castigo por abandonar su rol de panelista. Hiperkinético y errático, Dueñas se rió de las posibles consecuencias de su ausentismo laboral: “No me importa nada que venga del equipo de Rodrigo Danús [propietario de Broadeyes, la productora que lo había contratado]”, alardeó mientras decía, “mala suerte en el amor, buena suerte en el juego”, aludiendo a la cosecha que había hecho la noche anterior en las mesas del casino en solitario. “Sólo te diré que gané cuatro veces la plata que puse”, confesó a LND.

Ese día lo pasó trabajando en la terraza del hotel y en sucesivas reuniones con Jessica Sepúlveda, asistente de Luis Jara, con quien negociaba el traspaso de poderes como manager de su esposa, Marlen Olivari, una de sus recetas para salvar el matrimonio.

Los rumores

Sucesivas veces ese día, Dueñas prometió una entrevista a este diario, pero la fue postergando, porque siempre estuvo ocupado. “Disculpa, espérame unos minutos, pero tengo otras prioridades”, repitió varias veces. Cuando finalmente concedió unos minutos, en el hall del hotel respondió de pie a la pregunta que todo el mundo se hace estos días en Viña.

-¿Qué está pasando con Marlen, que tiene esas crisis nerviosas y tantas muecas faciales?

-Nada. No pasa nada.

-Roberto, le pregunto claramente, se dice que está abusando de fármacos y también se dice que está consumiendo drogas, cocaína.

-¡Tai loco!, esto está lleno de huevones mentirosos y no le hagas caso a nadie. Esta selva está llena de gente que inventa esas barbaridades. Eso te lo garantizo.

Dicho esto, llamó a un colaborador para que confirmara que su esposa siempre ha tenido tics faciales. Sin embargo, la rumolorogía llegó a su punto álgido el viernes cuando diversas fuentes aseguraban que una camarera del hotel había encontrado cocaína en una habitación. Ante la presión de los periodistas, y consultado por este diario, una alta fuente de la organización del Festival, reconoció que conocía el rumor, pero devolvió la pelota hacia el lado de los reporteros: “Sabemos que gente de la prensa -y sabemos quienes- han pagado a camareras, ascensoristas y choferes del hotel, algunos de los cuales son temporeros, para sacar alguna noticia así y puedo asegurar que no hay nada, absolutamente nada de eso. Ni ha habido reuniones ni pactos ni nada relacionado con ese rumor. Sólo son parte de un periodismo que trafica con la basura y que busca rating por esos métodos”.

El morbo del lado B

Mientras, el público llena la Quinta cada noche y los medios discuten si Tonka Tomicic está o no elegante dentro de un vestido de Jean Paul Gaultier o si en realidad se ve gruesa porque está preñada; si Sergio Lagos se farrea su oportunidad de eternizarse como el segundo Vodanovic, la fiesta discurre a toda velocidad y el monstruo engulle artistas.

En los pasillos se escribe el lado B de las estrellas y se construyen las intrigas, las crisis amañadas y los tongos. Este año la víctima fue la Olivari y, sobre todo, su marido Roberto Dueñas, un personaje temido por su manejo del medio pero que parece haber perdido el control de su negocio, basado en su propia esposa. El viernes, el mismo día que fue “despedido” como manager por su esposa, el médico Fernando Alvarado Naranjo le diagnosticó un “grave cuadro depresivo”.

Dueñas ha pasado el primer día de su licencia exhibiéndose en la terraza del Hotel Sheraton Miramar, eludiendo la prescripción de reposo recibida, según un portal electrónico. Varios de los amigos de la pareja confidencian que el matrimonio estaría a punto de terminar. Pero el show debe continuar.


TVN + Canal 13= menos rating

El rating más bajo de los últimos ocho años es la cosecha que presentaba hasta ayer el Festival, presentado por la alianza entre Canal 13 y TVN, como “el mejor de la historia”. El viernes, los socios sumaron 36 puntos, entre diez y doce menos que el año pasado cuando TVN ofrecía una programación alternativa y Canal 13 campeaba con su Festival en exclusiva. Hay menos televisores encendidos a pesar de que la parafernalia que rodea el circo viñamarino quiere hacer pensar que el país entero está colgado de la Quinta Vergara.

Un espejismo creado porque todas las pantallas están “ocupadas” por la loca carrera de la farandulización que rodea el evento. Todos los canales compiten por una tajada de la torta y en esa guerra todas las armas y bajezas son válidas. Y entre esos asuntos, el esperpéntico culebrón de Marlen Olivari y su esposo Roberto Dueñas, lidera el ranking del chismorreo viñamarino.

Canal 13 sigue facturando mejores ingresos gracias a la adhesión dogmática de los grandes avisadores y TVN sigue liderando la sintonía en los programas vinculados al circo. Su matinal “Buenos días a todos”, duplica (10-11 puntos) al “Festival de Vivi del Mar” (5-6 puntos), escenificando el primer fracaso en la carrera de Vivi Kreuztberger, hasta ahora su rostro impoluto. Vivi no ha conseguido revertir la crisis del canal católico y ha entregado a su rival los beneficios de sintonía y facturación de los que carecía en febrero, tal como advirtieron algunos ejecutivos del 13 alarmados por la “irresponsabilidad” con que sus jefes se aliaron a TVN.

Kreuztberger, que no ha conseguido librarse de una gripe rebelde que la ha mantenido en el set con fiebre y prácticamente afónica, lucha por estos días para que su equipo, conducido por Pedro Montero, sea capaz de remontar su bajísima audiencia. La molestia personal también es autocrítica porque en realidad nunca estuvo de acuerdo con hacerse cargo de ese programa, que aceptó solamente por su espíritu de luchadora todoterreno con la camiseta puesta. Igual ha fracasado y la hija de Don Francisco no se perdona a sí misma haber aceptado un desafío en el que nunca creyó, según revela una fuente de la producción de su programa.

TVN también vence a su socio en las tardes: “Viña tiene Festival”, conducido por Karen Doggenweiler y Jorge Hevia, que obtiene sobre los 12 puntos, derrota diariamente a “La movida” de Canal 13, que no logra zafarse de los 9 puntos, a pesar de su importante apuesta con Lucho Jara, Eli de Caso y Álvaro Salas, René Naranjo y Felipe Avello, aunque, como confiesa una fuente del canal, su punto fuerte sigue siendo el actor Daniel Alcaíno con sus personajes Piter Veneno y Yerko Puchento, la cara irreverente y divertida de un programa plano y predecible. Durante la transmisión del show, las cifras marcan empate, un alivio para Canal 13, que temía un corrimiento de espectadores hacia el canal estatal.

JUAN SHARPE
LA NACION.CL
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