Un encuentro con el Cardenal



Santiago, 12 de Abril de 1999.
Fue un día especialmente emotivo, desde mi hogar a través de la TV nos dispusimos acompañar al Cardenal Raúl Silva Henríquez en su adiós en la Catedral
Era su funeral recuerdo abarrotada de gente dentro y fuera
numerosa en las calles de la Capital Chilena Santiago repletaban hasta el cementerio católico fue rodeado de quienes le amaron y respetaron. Le lloraban alzaban sus pañuelos con un adiós aparecían banderas de todos colores aplaudían su paso por las avenidas. Por esta tierra había dejado huellas en su caminar como hombre fiel a su ministerio profundamente enamorado de su iglesia, nuestra y suya aquella santa y pecadora. Luchando por lo abrumados los perseguidos en época dictatorial no solo abogaba por sus derechos para vivir en democracia sino sé hacia parte de aquellos que lo sufren todo por ser despreciados aquellos que no queremos ver que se dice no se deben aman por ser como son.

Recuerdo que P.CristianPrecht lo homenajeo con las estrofas de : Aquella iglesia que yo amo.............Era ver su vida en esos versos

Fue lo más hermoso que escuché iba entendiendo como se apasiono y se hizo hermano adoptivo de Jesus la su vocación a la cual Dios le dio vida ...años después supe que el Padre Esteban era su autor, a quien tb conoci en en una visita al colegio de mi hijos; un prodigioso para plasmar sus vivencias al amar la vida imitando a Jesús.

Y les cuento ahora: que pasó fugazmente un momento por mi vida, un simple hecho pero para esta niña joven fue grato y grandioso.

Suceso on line_ se dice ahora in situ o concreto como quieran llamarlo: "Cuando conocí a Don Raúl".


Cuando ello paso fue extraño e impresionante nunca imagine llegaría verlo en el Monitor Huascar y en la Base Naval Talcahuano territorio marítimo de la Armada.

Estaba de vacaciones recuerdo era un día melancólico y sereno, era invierno, tenia 15 años o menos ya no sé pero era muy re patuda continuamente e inconscientemente me aproximaba a quien suponía como inaccesible sin miedos, sin vergüenza ante tan alta autoridad; en esos años me decían" la súper loca " era una lola, era mi época de energía, de aspirar a ser libre, de franquear obstáculos; me creía el cuento lo decía todo nada callaba.
Aun no sé cuando fue quede en silencio. cuento aparte, prosigo, apenas lo vi le converse algo le observe a los ojos después fije mi vista en sus manos puras era suave su piel uff esa cruz inmensa que llevaba parecía pesarle ,vestia de grises con su original boina.. ¿se han fijado que muchos curas la usan?, Don Raúl sonreía se veía tranquilo, quizás él verlo tan cerca fue impresionante, y me preguntaba cómo un hombre de apariencia frágil y de serena de actitud como la de un abuelito podía ser tan fuerte lo digo por su manera de comunicar en dictadura; al día de hoy sé que su fortaleza era la de Dios; bueno se acercó, hizo el gesto de abrazarnos, respondimos, bese su anillo aun sin saber por que atine hacerlo, sin importarme su investidura dentro de la jerarquía eclesial y solo para mí era en ese entonces un ídolo un hombre que movía masas que alzaba su voz cuando ( Pinochet y su círculo) el caudillo de facto y sus miembros de la junta hacían de las suyas en desmedro de nosotros como pueblo, i
ntercambiamos algunas palabras, fue un simpático encuentro, no dejo de recordar como me conmovió con su mirada, hoy una fotografía apreciada ya archivada en mi memoria que al recordarla me pacifica, ¿acaso lo vi queriendo buscar al tata Dios?, no lo se, pero no se me ha olvidado ese hecho ni busco la respuesta.


Aquí les dejo tan exquisita alabanza que el P. Esteban s.s.c.c. escribio y el Cardenal hizo suyo:

La Iglesia que yo amo (08:50) Audio

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