“Cuadra se ha transformado en un símbolo de todo lo execrable“ pero no nos vaya ocurrir que por concentrar todas las culpas en él....

El segundo hombre de la UDP sale al ruedo.

Enfrenta las críticas por los manejos financieros y aborda el fardo político de un rector que está con un pie afuera de la casa de estudios por su rol como delfín de Pinochet y la lacra de las violaciones a los derechos humanos.



De paso, Peña sugiere que el proyecto completo de esta universidad hoy está en peligro.



No debe estar durmiendo bien Carlos Peña González en estos días.


Como vicerrector académico de la Universidad Diego Portales, le ha tocado estar en el centro de una tempestad cuyo desenlace parece ser cosa de pocas horas.


Un desliz periodístico de su rector, Francisco Javier Cuadra, puso sobre la mesa un tema que todos sabían, pero que había permanecido bajo la alfombra: su participación como vocero y hombre clave de Pinochet en uno de los períodos más feroces de la dictadura (1984-1987).



Han sido días intensos. Una universidad entera -o casi- de pronto se levantó en su contra.




Como segundo hombre de a bordo, Peña tenía muchas cosas que decir.




Intentó hacerlo el domingo pasado en su columna del diario “El Mercurio”, donde cada semana se desempeña con una pluma brillante.




Pero eso no bastó. Ahora habla con LND con el ánimo de poner todas las cartas sobre la mesa.







“Cuadra se ha transformado en un símbolo de todo lo execrable”, dice.




“Pero no nos vaya a ocurrir que por concentrar todas las culpas en él, otros que también fueron culpables terminen por lavarse las manos y que todos expíen sus culpas en él.







No nos vaya a ocurrir que los académicos que guardaron silencio durante la dictadura quieran borrar esa culpa siendo inmisericordes.





No nos vaya a ocurrir que los medios de comunicación, lanzándose sobre Cuadra, dejen libre de polvo y paja a todos los demás que circulan por las calles”.






Peña aspira a convertir esta crisis en una oportunidad.








“Quiero que esto se transforme en un momento donde esta Universidad empiece a disipar fantasmas. Hemos sido presa de múltiples murmuraciones, acusaciones soterradas, y no culpo a quienes las hacen, sino más bien creo que la culpa es nuestra, que hemos reaccionado mal






Nos hemos ensimismado y cubierto en medio de las sombras esperando que pase el vendaval”.






-¿Qué están haciendo para modificar esta situación?






-Por lo pronto, con el rector Manuel Montt y el secretario general de la universidad José Julio León recibimos a los estudiantes, a quienes les planteamos, entre otras cosas, que esta universidad está padeciendo problemas que son propios del sistema universitario privado, que podríamos resumirlas en la necesidad de avanzar en el countability.


-¿Countability?




-Es decir, en la transparencia y en la rendición de cuentas, tanto en lo que se refiere a los manejos financieros de la universidad como a las formas en que se toman las decisiones.




La opinión del consejo directivo, y la mía también, es que esta puede ser una oportunidad para que todos en conjunto avancemos en esa línea.





-Esa transparencia debe llegar hasta el rector.



-Así es.






Sea cual fuere la resolución del conflicto de Francisco Javier Cuadra, me parece que la UDP va a tener que designar inevitablemente a sus autoridades académicas, y en particular a su rector, mediante algún mecanismo que suponga la participación, al menos indirecta, de sus profesores y sus estudiantes.








-¿Es verdad que Cuadra cambió los estatutos de la universidad en su beneficio?







-Ha habido dos modificaciones estatutarias.








La última, de mayo de 2005, tiene por objeto hacer otra cuestión en la línea de la intangibilidad patrimonial de la universidad, y consiste en disolver una sociedad anónima inmobiliaria que la universidad había constituido con fines tributarios, pero que en mi opinión, e incluso en la del rector Cuadra y de Manuel Montt, podría perjudicar la imagen de la universidad, asemejándola a una universidad empresarial, a una figura simulada para distribuir utilidades.



Decidimos, en consecuencia, disolverla.



-Este año, la Vicerrectoría de Administración y Finanzas fue reemplazada por cuatro direcciones que sólo le rinden cuentas al rector.







¿No es irregular que un rector sea además el responsable de las platas?






-Resulta inevitable en la UDP separar las funciones de director de universidad, o sea miembros del consejo directivo, con las funciones ejecutivas como la mía.






Además, quienes realizan funciones de administración, como yo o el rector, deben rendir cuentas al consejo directivo.







En miras a cumplir eso, lo que veníamos haciendo en el último año era erigir una contraloría dentro de la universidad que rendiría cuentas también a un comité integrado por directores de la universidad, a fin de evitar suspicacias como las que usted plantea, pues si la administración financiera depende directamente del rector y el rector carece de todo control, efectivamente puede conducir a manejos inconvenientes para la universidad.









-La salida de Horacio Ríos, vicerrector de Finanzas, fue motivada en parte por las denuncias hechas por LND, donde se señalaba que se pagaban sobresueldos a algunos miembros del directorio y a Cuadra.






-La salida de Horacio Ríos fue producto de que se diagnosticó que la Vicerrectoría de Administración y Finanzas había adquirido más poder y más peso del que en una universidad sana debiera tener.









Las universidades viven en una tensión entre quienes las administran, que aplican criterios de eficiencia propios de una entidad empresarial, y una línea más académica que busca maximizar otros bienes, como la investigación y la docencia.








Ese conflicto se planteó aquí y se resolvió eliminando la Vicerrectoría económica y creando cuatro direcciones sometidas al control de una contraloría.










-En la resolución que crea estas direcciones se habla de un comité asesor integrado, entre otros, por José Labarca, que es contador personal de Cuadra.






-No lo sé, pero, en caso de serlo, todo lo que huela a conflicto de interés no es razonable. Sería poco sano para el manejo de la universidad.










-La UDP nunca aclaró si son o no efectivos los sobresueldos denunciados por LND.


-En estos temas ha habido dos incidentes que habría que distinguir:







por una parte, aquel relativo a la distribución de bonos que se hizo al conjunto de directores de la universidad; por otra, las imputaciones respecto de rentas.









Sobre la primera, lo que es real es que hubo dos tipos de indemnizaciones:




las que el consejo directivo consideró justificadas, en especial aquella que se pagó a Manuel Montt a título de anticipo de indemnización por los años que llevaba en la universidad y por haber contribuido a fundarla, y otro conjunto de pagos, como bonos convenidos en administradoras de fondos de pensiones, que se pagaron a otro conjunto de personas, y que el consejo directivo estimó injustificadas y que por eso está litigando en los tribunales para no pagarlas.











-¿Por qué estos bonos y algunos sueldos se pagan mediante sociedades profesionales?









¿No es esto ilegal?


-Entiendo que es una práctica general en las empresas.









Incluso profesores nuestros perciben rentas por ambas vías, es decir no es algo que sea oculto. Quiero creer que no tiene nada de ilegal y no veo qué tiene de ilegal. En mi caso personal al menos no lo tiene.






-¿No sería mucho más claro que los sueldos de todos los funcionarios de la universidad se paguen mediante contratos, solventando así el impuesto a la renta?






-Esa es la decisión que yo y José Julio León propugnamos hace tres meses y que estamos a punto de establecer.





Hay, por tanto, una voluntad deliberada de corregir situaciones que pudieran tener la apariencia de ser sospechosas.





En esta línea, otra cosa que hay que hacer, y estoy hablando por el rector Montt, José Julio León y el consejo directivo, es asegurar que esta universidad no cuente con inmobiliarias ni ninguna empresa paralela que abra la tentación siquiera de apropiarse del patrimonio de la universidad. La supresión de la inmobiliaria ya está acordada.






-¿Es cierto que Cuadra recibe 24 millones de pesos como rector?






-Creo que eso es mentira, pero desconozco su nivel de rentas.


Los rangos que yo conozco van de los cuatro a los ocho millones, pero no sé cuál es el tratamiento que recibe el rector de la universidad.


En cuestiones de rentas y remuneraciones, no observo ninguna trampa, ningún mecanismo subrepticio para engañar a nadie.





-¿Y el Consejo Directivo?





-Los miembros del Consejo Directivo reciben una dieta que no debe ser superior al millón y medio de pesos mensuales, y creo que estoy exagerando.












-¿Y el rector?
-Creo que no y espero que no. Sería cosa de preguntarle.
-¿Usted alguna vez le preguntó?
-Me aseguró que no.
-En definitiva, usted reconoce que ha habido falta de transparencia
.











-¡Sin duda! Y esta entrevista es un principio para empezar a disipar esas dudas, porque no tenemos nada que ocultar. Por otra parte, Francisco Javier Cuadra ha sido sensible a cada una de las cosas que he sostenido, en las cuales estuvo completamente de acuerdo. Los pecados de él no son económicos.
-Hace algunos años, la UDP emitió un bono por mil millones de pesos con el aval del Banco Mundial, con la promesa de duplicar su infraestructura. Sin embargo, según reconoció el propio Cuadra, desde el 2002 a la fecha sólo se han construido 20 mil metros cuadrados más y no los 60 mil que estaban comprometidos.
-Cuando llegué a la administración central pregunté eso mismo, y la respuesta es que no se va a alcanzar a construir lo comprometido porque por acuerdo y exigencias del Banco Mundial y los acreedores, cuestión que verifiqué viajando a Washington la semana pasada, se decidió que un 30% de lo percibido por ese bono debía quedar a título de garantía. Por otro lado, se consintió que otra parte se usara como capital de trabajo para evitar que la universidad tuviese que recurrir a créditos de corto plazo. Con la aprobación de los acreedores, el saldo restante se destinó para la construcción de los inmuebles de la universidad.
-¿Por qué entonces se han seguido entregando bonos por producción al Consejo Directivo, la rectoría, vicerrectoría y los decanos?
-Cuando era decano no recibí ningún bono con cargo a eso, y puedo asegurar que los otros decanos tampoco lo recibieron. No acepto esa imputación.
-¿Y el Consejo Directivo?
-No lo sé, y si ocurrió me parece absolutamente incorrecto.
-¿Por qué entonces, después de las denuncias hechas por LND el año pasado, no se aclaró este punto?
-Nadie necesita hacerme ver cuántos errores se cometieron por la poca transparencia en estas materias.
-¿Usted es amigo de Cuadra?
-No. He trabajado con él, y uno cuando trabaja con las personas crea un cierto vínculo. Llamarlo amistad sería excesivo. Tenemos discrepancias que he manifestado públicamente.
-¿Cuáles han sido las principales discrepancias?
-No han sido tantas en lo que se refiere al manejo de la universidad.











Por lo demás, no soy de las personas que en medio de una multitud condena a la gente. Lo hago solitariamente y muchas veces bajo mi firma en “El Mercurio”, de manera que no tengo que dar garantías de independencia a nadie. No actúo como borrego y ante todo quiero ser fiel ante mí mismo. Con Cuadra, lo que puedo acreditar es que durante su gestión rectoral fue absolutamente convergente con los propósitos para los cuales llegué acá.


-¿Pero cuáles han sido sus discrepancias de fondo con Cuadra?







-Por cierto las políticas, que son severas.






Él participó de una dictadura de la que fui un opositor franco.







No ha hecho una revisión clara de su actitud durante ese Gobierno que satisfaga a la comunidad universitaria. Él lo sabe. La opinión que le manifesté fue que en tanto no diera esas explicaciones, y confío en que las dé, desgraciadamente su legitimidad va a quedar desmedrada.









-Hay académicos que sugieren que usted tiene una suerte de pacto con Cuadra para tomar el control de la universidad.
-¡Por favor! ¡Están soñando! ¡Renuncio desde ya a cualquier a




spiración para ser rector! Me molesta cuando se despiertan sospechas sobre mí, porque son maledicentes. Tengo la impresión de que hay un cierto resentimiento por lo que yo soy, por la independencia de la que he hecho gala siempre y por la carencia de redes. No soy heredero, ni tengo amigos poderosos, ni voy a embajadas. Soy un intelectual, y eso irrita a muchas personas.
-¿Es por esto que asumió Montt y no usted en forma interina?
-Resigné toda posibilidad de ser rector subrogante para no despertar suspicacias.
-¿Tuvo problemas éticos para trabajar junto a Cuadra?
-Decir que trabajo con él es otro equívoco. Yo soy la persona que maneja los proyectos académicos de la universidad. ¿En qué sentido podría trabajar con él? Tenemos una relación estrictamente bilateral.
-Pero en el interior de la UDP todos hablan de la dupla Cuadra-Peña.
-Esas son estupideces dichas por esos mismos miserables que sí están acostumbrados a hacer dupla, que tienen miedos alimenticios y de toda índole.
-¿Su responsabilidad política durante la dictadura no inhabilita a Cuadra para ser rector de una universidad?
-Depende. Pero quienes creen que está inhabilitado, tienen a primera vista la razón.
-¿Comparte la crítica radical y la petición de que se vaya Cuadra formulada por ya más de 140 académicos?
-No quiero sumarme a esas opiniones, porque mi deber en la universidad es estimular de parte de profesores y estudiantes el diálogo racional en torno a este problema.


-Pero ya está demostrado cómo Cuadra mintió.



Mintió con aparatosos montajes comunicacionales, con declaraciones como que el asesinato del periodista José Carrasco había sido un “arreglo” entre extremistas, para no hablar del caso degollados o de los jóvenes quemados.
-Esto se lo dije personalmente a Cuadra: estas cosas deslegitiman razonablemente su posición ante la universidad.









En mi opinión, su alejamiento, si es provisional, es una oportunidad


donde se esperaría el gesto que yo creo va a hacer para intentar reconstruir esa legitimidad.









-¿Y ese gesto sería que renuncie?
-Es lo único que prefiero decírselo a él y no hacerlo público.
-¿Pero qué tendría que hacer para reconstituir su credibilidad al interior de la UDP?
-Si lo juzgamos por el presente, esta universidad es un poco mejor después de que fue rector. Sin embargo, es muy difícil que Francisco Javier Cuadra logre recuperar su credibilidad para volver a la universidad.
-¿Debe irse?
-En mi opinión, y para salvaguardar la universidad, que es lo que a fin de cuentas debe importarnos, la situación deberá resolverse en pocos días.
-Usted dice que esta situación debería llevar a la universidad al diálogo y la reflexión. Pero muchos académicos siguen manifestando el miedo o terror que le tienen a Cuadra.
-Si eso ha sido así, si los profesores de la universidad se han sentido cohibidos o atemorizados, eso acabó.
-¿Son justificados estos temores?
-En esta universidad hemos sido presos de un secreto de familia: algo que todos saben y que nadie nombra, y porque nadie lo nombra empezamos a ser tiranizados por eso que no se nombra. Confío que ahora ese tabú haya desaparecido y los miedos se disipen. Como en las familias, cuando se dicen las cosas duele, claro, pero se pueden comenzar a restituir relaciones más sanas.
-¿Fue un error que se le haya designado a Cuadra como rector?


-Desde luego. Quién, a la luz de los acontecimientos, podría haberlo apoyado. Es obvio. La presencia de Cuadra es la gran contradicción que cruza a esta universidad. Pero no reduzcamos la complejidad del tema, no seamos ingenuos: esta es una universidad que puede hacerle bien a la industria cultural chilena, hegemonizada por el Opus Dei, por los Legionarios de Cristo, por empresarios.
Esto es político.
Estamos en presencia de una lucha por la hegemonía cultural.
Mientras otros proyectos hegemónicos, minoritarios, religiosos o ideológicos de derecha campean por los medios de comunicación y frente a sus narices todos se genuflectan.








Supongamos que esta universidad quedara atrapada por un grupo ideológico.



¿Quién cumpliría la función crítica e independiente que ha cumplido esta universidad, como el tema de los derechos humanos o la reforma penal?




¿Quién?







-¿Sugiere que está amenazada la supervivencia de la UDP?


-La orientación pluralista y tolerante, claro que sí.






De Gabriel Agosín O. via:LND

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