Breve excursion filosofica acerca de la Verdad


El torno a la idea de Verdad

A MODO DE INTRODUCCIÓN


Comenzaré estas reflexiones recordando el relato, consignado en San Juan 18 de la Biblia, en el que Pilato, gobernador romano de aquel entonces, al escuchar a Cristo decir: "Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz", habría formulado aquella pregunta, la misma que para Anatole France es la más honda jamás formulada: "¿Qué cosa es la verdad?"
Todo pareciera indicar que aún no se ha encontrado una respuesta única a esta pregunta, que además de ser completamente satisfactoria, sea portadora de un valor permanente además de ser universalmente aceptada. Es la convicción a que arribamos después de explorar en algunos ámbitos propios del sentir, pensar o actuar humanos.

Estas exploraciones nos muestran, en diferentes idiomas, variadas respuestas a la pregunta de Pilato,
Pero siempre al término asociado a verdad se le asignan significaciones de singular trascendencia, tales como que orienta al científico; inspira al Filósofo; sustenta la fe religiosa; fundamenta la justicia; es la condición sine qua non de la sabiduría; es la estrella inaccesible que, sin embargo, señala al espíritu la ruta conducente a buen puerto; constituye el ingrediente fundamental e incentivo en los permanentes afanes humanos hacia la perfección; sus significados son siempre solemnes, y la ausencia de ellos anula el discurso más elocuente.

Además esta noción genera variadas actitudes en las personas adultas.
Están los escépticos, siempre dudando de cualquier verdad supuestamente encontrada; los tímidos, inseguros de comprenderla, pero que la proclaman por mera imitación; los silenciosos que, aun cuando estan convencidos de haberla encontrado, la guardan para sí mismos y la callan; los iluminados que, creyendo haberla alcanzado, se autoasignan la sagrada misión de convencer a los demás para redimirlos de errores y pecados; los dogmáticos, que ya la encontraron definitivamente, por lo que están cerrados a cualquier nueva investigación crítica y la administran con pertinaz intolerancia en los campos de la política, la economía la educación, la filosofía, la religión, etc.; los irresponsables, que dicen actuar conforme a ella, pero que no asumen las responsabilidades consiguientes y se lavan las manos como Pilato; los hipócritas, que la injurian con el silencio; los estetas, que nos hablan de la belleza de la verdad y la verdad de la belleza; los fundamentalistas, que habiéndola por revelación divina deben imponerla a sangre y fuego; los confusos, que alaban la verdad, proclaman su alto valor, la veneran, pero no nos dicen que entienden ellos por verdad, etc., etc..
En síntesis, ante la verdad no hay indiferencia, y su sola mención genera un amplio repertorío de actitudes personales, sociales y culturales.

Por otra parte debemos reconocer que el diario trajín del término verdad nos mueve a pensar, en un primer momento, que su significación es simple y clara, pero apenas uno comienza a examinarla con alguna detención, comprobamos que lo que a primera vista parecía obvio se torna abstruso, lo simple complejo y lo conceptual, escurridizo.


UN EXAMEN LEXICOGRÁFICO

El Diccionario de la Real Academia Española nos aporta cuatro acepciones del término verdad:1. - Como "Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente" .2. - Como "Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa".3. - Como "la Propiedad que tiene tina cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna" y, finalmentemente4. - Como "juicio o proposición que no se puede negar racionalmente".


Las dos primeras acepciones nos muestran, respectivamente, a la verdad como congruencia o conformidad entre entidades diversas, a semejanza de las existentes entre las ciudades y sus respectivos mapas o de la de una persona y su foto.


La tercera acepción es, en cierto modo, un enfoque dinámico desde el momento que la inmutabilidad a que hace referencia sólo es observable a través del parámetro tiempo.


La cuarta acepción de verdad es de naturaleza lógica, por ser esta disciplina la que da las bases de la racionalidad, que permite decidir cuando un juicio o proposición no se puede negar racionalmente.


En cada una de estas acepciones subyacen variados problemas de orden epistemológico, sobre los cuales ahora no nos referiremos mayormente. Solo recordaré que en los últimos 30 años se han creado nuevas lógicas polivalentes, hasta con ínfinitos valores de verdad las que, además (le absorber todos los planteamientos formales de la milenaria lógica bivalente, generan una racionalidad más amplia, profunda y mas propicia a una comprensión íntegral de la vida.
Nuevos enfoques intelectuales que, como coi-oía río, contribuyen a fortalecer aún más los ya sólidos fundamentos de la tolerancia propiciada por la masonería.
Destaquemos que en estas nuevas lógicas se han eliminado dos principios fundamentales en la tradicional lógica bivalente: el de contradicción y el principio del tercero excluso.
Debido a estas dos ausencias, la cuarta acepción de verdad dada por el diccionario de la Real Academia Española no tiene sentido alguno.


UNA BREVE EXCURSION HISTÓRICO - FILOSÓFICA SOBRE IA VERDAD

Sin mayores pretensiones teóricas y solo con un propósito ilustrativo, hagamos un breve y superficial recuerdo de ciertos planteamientos respecto de la naturaleza de la verdad hechos por algunos egregios filósofos.

Locke, por ejemplo, responde a la pregunta de Pilatos, reiterando lo sostenido por algunos filósofos griegos 2000 años antes, en el sentido que la verdad esta en lo que tocamos, olfateamos, oímos, vemos o saboreamos.

Para otros pensadores, en cambio, lo permanente se identifica con lo verdadero y lo cambiante con lo falso
En razón de lo cual a la verdad sólo se puede acceder mediante el pensamiento y no a través de los sentidos, debido a que éstos sólo pueden mostrarnos panoramas cambiantes del entorno, alejados de la verdad e induciéndonos, en cambio, a1 engaño y el error.


Para los griegos la verdad era una propiedad lógica de los enunciados cuando éstos hacían referencias a las cosas o a entes abstractos.
Así, por ejemplo, Aristóteles sostiene que: "Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es lo falso; decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es lo verdadero". enunciado que coincide con la primera acepción de verdad del diccionario citada anteriormente.


René Descartes, por su parte, exigía a todo filósofo que repudiara la evidencia de los sentidos, y sostuvo que no había nada de cierto, más que el pensamiento evidente.
También Leibnitz, Kant y Hegel, acribillaron de dudas a los sentidos y enarbolaron los derechos de la razón como árbitro de todos los testimonios que pudiesen entregarnos los sentidos.


Para los hebreos de la clásica" la verdad, consiste, básicamente en seguridad y confianza. Verdadero es lo fiel, lo que cumple o cumplirá su promesa. Se trata de un concepto dinámico, dado que entre el enunciado de una promesa y su cumplimiento debe transcurrir algún tiempo. Si para los griegos la verdad esta en lo que algo es, para el hebreo de dicha época está en lo que será, por lo que finaliza sus propósitos diciendo "así sea" o "amén".
Lo contrario de la verdad para el hebreo es la decepción y para el griego la desilusión.

Para los escolasticos lo verdadero o verum es una propiedad trascendental, que suele conocérsela algunas veces como "verdad metafísica" y otras como "verdad ontológica", que está determinada mediante una conformidad del ente con la mente.
Las especulaciones modernas en torno de la verdad han desarrollado una concepcion conocida como "concepcion idealista". En esta línea de pensamiento encontramos, en primer lugar, a Kant con su "verdad trascendental", consistente ésta en una conformidad entre el entendimiento y las categorías del entenclimiento.


Para Hegel la verdad es, matemática o formal cuando se reduce al principio de contradicción (lógica tradicional); es histórica o concreta cuando concierne a la existencia singular, y es verdad filosófica o absoluta cuando se opera tina síntesis de lo formal con lo concreto, de lo matemático con lo histórico.


Agreguemos que hay variadas corrientes y tendencias filosóficas que, no obstante sus considerables discrepancias, coinciden en sustraer a la verdad de la esfera meramente intelectual.
Entre ellas cabe recordar los planteamientos de William Lames, quien sostuvo que la verdad considerada abstractamente es algo inexistente, que sólo hay cosas verdaderas que son a la vez principios prácticos, y que se confirman como verdades por sus consecuencias.
Pero ello no significa reducir esta concepción a una doctrina utilitaria o arbitraria, sino que lo útil para la vida puede entenderse como lo que es éticamen
te bueno. La verdad, así considerada, es una forma o especie del bien.
En franca oposición a los planteamientos logicistas, iniciados por Arístóteles, Will Durant sostuvo, con énfasis singular: "Sospecha mos de la lógica porque la madurez nos ha enseñado que la vida es más grande, más segura, más profunda que nuestros silogismos; la lógica es estática, llena de "verdades invariables", en tanto que la vida es cambiante y fluye, y desconcierta todas las fórmulas"
Para José Ortega Gasset la verdad es una "coincidencia del hombre consigo mismo", no con las cosas. El saber es un modo de saber a que atenerse.
Las cosas no tienen por sí mismas un ser y por eso, para no verse perdido, el hombre tiene que inventárselo. Ser es, por consiguiente, lo que hay que hacer. La verdad es la idea que sostiene al hombre en el naufragio de su vida. Vale decir, que verdad será aquello sobre lo cual el hombre sabrá a qué atenerse, el ponerse en claro consigo mismo respecto a lo que cree de las cosas.


LA VERDAD EN MATEMÁTICAS


Resulta altamente ilustrativo examinar dentro de los avatares experimentados por las ideas sobre la verdad, a través del tiempo, lo que ha significado en el desarrollo del pensamiento matemático, en consideración a que esta disciplina, junto con habérsela estiniado como la reina de las ciencias, tradicionalmente se la ha considerado también como la expresión paradigmatica por excelencia de la racionalidad humana.

Desde su creación por los griegos como un cuerpo independiente de conocimientos, en el 300 a.C., y por más de dos mil años, los matemáticos y filósofos, entre ellos el mismo Kant, tuvieron la certeza de que las verdades de la geometría euclidiana eran eternas, únicas e inmutables.
Sus logros fueron magníficos. Un creciente cúmulo de teoremas sobre números y figuras geométricas, constituían la evidencia incuestionable de las muchas certezas logradas en esta disciplina.


Los conceptos matemáticos y sus relaciones fueron proyectados hacia otras teorías científicas, tales como en astronomía, mecánica
, óptica e hidrodinámica. Relaciones matemáticas que llegaron a considerarse como grandes e inconmovibles verdades, como lo expresara con profunda convicción Laplace cuando sostenía que en la matemática estaba la clave para encontrar las verdades que regían al mundo, o cuando refiriéndose a las formulaciones matemáticas de Newton en física y astronomía afirmaba: "Newton ha sido el hombre más afortunado, pues hay sólo un universo y Newton ha descubierto sus leyes".

Puesto que la razón humana mostraba ser tan efectiva en la matemática y en la física matemática, muchos intelectuales sostenían que esta magnífica disciplina también debería constituirse en un seguro árbitro del pensamiento y de la acción en otros campos del humano en reemplazo de la autoridad, la costumbre y el hábito que los regían, en esos tiempos. En su reemplazo propiciaban a la filosofía, la teología, la ética, la estética y las ciencias sociales. Esta convicción indujo a que durante el período conocido como la Edad de la Razón, se aplicara a algunos asuntos humanos la lógica como metodología principal, junto a ciertos conceptos y teoremas matemáticos.

Autor de la Nota: Mario Meza Flores

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