El hombre que lloró en Casablanca junto a Michelle Bachelet :"el general Poblete"
Carolonline
En el pueblo de Casablanca hubo un hombre canoso, de aspecto débil y enjuto, de rostro emocionado que aguardaba silenciosamente la llegada de la flamante presidenta chilena.
Cuando, Michelle sube al estrado, lo mira y se acerca abrazándole, como si fuera su propio padre a un hombre, que ni siquiera la televisión advirtió en ese instante, no olvidemos hubo transmisión directa quién era... me causo extrañeza, ese cuadro tan significativo que observábamos tras las pantallas, el conductor Juan Lavín, de tvn, no supo, qué momento se estaba viviendo ahí, ni menos de los otros canales mencionaron el histórico encuentro que estaba sucediendo a vista de todo un país.
General Sergio Poblete Garcés: Por Gabriel Morales Wilson, desde Lieja, Bélgica.
Fuente: zonalimpacto.cl
La siguiente entrevista fue realizada y escrita antes de conocerse el “detalle” que impidió que el decreto de privación de nacionalidad que Pinochet y sus ministros firmara contra el general de la FACH Sergio Poblete, pudiera tener vigencia legal. Es que la infamia no fue oficializada en el Registro Civil. Por lo tanto, el aviador constitucionalista que en 1973 fue hecho prisionero y torturado por sus propios camaradas y subalternos, tiene su nacionalidad chilena plenamente vigente. Con tal certeza comprobada, al cierre de esta edición el general Poblete llegaba a Chile para asistir a la asunción de la hija de su colega muerto, el general Bachelet, a la Presidencia de las República. Aquí reproducimos la entrevista realizada por nuestro distinguido colaborador Gabriel Morales en Bélgica, especialmente para ZonaImpacto.cl: A pesar de sus años, impresiona. Derecho como una “i”, lúcido hasta decir basta. A cada instante reaparece en su locución su pasado tanto de General como de profesor universitario y de militante por una auténtica democracia y justicia. ¡Y esa maldita manía de decir las cosas por su nombre, sin pelos en la lengua! No obstante, el General de Brigada de la Fuerza Aérea de Chile, Sergio Poblete Garcés es un fino diplomático, condecorado nada menos que con el grado de “Comendador” de la Legión de Honor Francesa y de la Orden de Leopoldo en Bélgica, Vanguardia de las Fuerzas Revolucionarias de Cuba (que sólo el Presidente Salvador Allende y él, las han recibido) y otras provenientes de los cinco continentes.
En su ciudad de exilio, Lieja, en Bélgica, fue nombrado “Ciudadano de Honor” y no es, en su caso, una simple distinción.
Acompañarlo en sus 87 años, durante un día en las calles de Lieja, con una temperatura que raya en el cero grado, vestido apenas con una chaqueta de “tweed” y el cuello cubierto con su tradicional bufanda roja, entrar a su restaurante preferido y constatar la enorme estima y respeto que los habitantes de “su” ciudad le profesan, sacándose el sombrero con gran ceremonia a su paso para saludarlo con un “¡Bonjour mi General”! (¡El adjetivo posesivo “mi” en castellano, por favor!)
o bien, deteniéndolo en la calle para preguntarle por su salud, denota largamente el enorme aprecio que inspira; es para lucirse a su lado...
Una salud de fierro, pese al marcapaso que le agregaron o bien, a esa caída que le dislocó el hombro derecho que, otro a su edad, le habría producido graves consecuencias.
Pero eso no es nada: a su edad –a diferencia de otros que se “hacen” o ya no tienen memoria alguna, especialmente cuando es en su propio interés-, mantiene intacta su capacidad intelectual.
“¿Sabes? A cierta edad tienes que ejercitar la memoria, hacer trabajar la cabeza...”
Ecléctico en la lectura, que va del último libro de Luis Sepúlveda o de Isabel Allende, análisis del marxismo en la época contemporánea, ensayos de Sociología y Economía sobre su mesa de lectura, además del último estudio de “Airbus” donde ejerció como ingeniero aeronáutico. “Tengo que ir de un libro a otro por falta de tiempo”, me dice.
Apátrida
Detenido el 18 de septiembre de 1973, torturado en la Academia de Guerra, comparte la celda con el General Alberto Bachelet, su compañero de armas y amigo, hasta la muerte del padre de la electa Presidenta de la República.
Expulsado de Chile por decreto en 1975, se establece en Bélgica, recibido al pie del avión por las más altas autoridades del país y, más tarde, por el Rey Balduino y su esposa.
En 1977, es privado de su nacionalidad por Decreto Supremo firmado por Pinochet (“El hijo de su madre”, como lo nombra) y sus ministros.
Hasta el día de hoy, sin que nadie hubiese realmente insistido por devolverle su nacionalidad, derecho inalienable para un auténtico chileno, General de la República, “General constitucionalista y respetuoso de las leyes y de la decisión del pueblo chileno en las urnas”, no renuncia a este que será, probablemente, su último combate.
Pero el General Sergio Poblete Garcés se venga a diario con el “usurpador” del título de Capitán General, “asesino y ladrón, vergüenza de las Fuerzas Armadas”. Hizo pegar en el fondo de su “WC” una calcomanía con el rostro de su enemigo y lo defeca. “Todos los días, sin que falte ninguno...”, agrega con una mirada cargada de picardía. O sea, cotidianamente se caga en Pinochet.
-¿Puedo indicar este detalle?– lo interrogo.
- ¡Todo lo que le diga, puede escribirlo!- exclama.
Su currículo es enorme. Profesor en la Universidad de Lieja, consejero en el Gabinete del Ministro de la Cultura francés y de Economía en la Región Walona, en Bélgica. Egresado de Yale, Ingeniero Aeronáutico en la Empresa de Aviación Aéreo-Espacial Europea, amén de otros cargos y responsabilidades con sus compañeros de armas en el exilio.
Pese a los esfuerzos realizados por sus “hinchas” tanto en Europa como en Estados Unidos, Fernando Ruiz y Germán Westphal entre otros, a fin de que las autoridades chilenas le devuelvan su nacionalidad, todas las gestiones han sido en vano.
Precisamente, Fernando Ruiz me informó por teléfono que a cada delegación chilena compuesta por diputados y senadores que llega a Ginebra, les presenta el caso del General Poblete. Delegaciones que vienen a hablar de los derechos humanos –entre otros objetivos no declarados- y de lo bien que se porta hoy la democracia en Chile. Sin embargo, luego de sonadas exclamaciones delante sus interlocutores europeos, tales como “¡No es posible! ¡Es una vergüenza! ¡Tenemos que remediar de inmediato a nuestro regreso al país tamaña injusticia! ¡El Presidente Lagos será informado oportunamente!”, y otras frases por el estilo, nada ha cambiado.
Desgraciadamente –a diferencia del General Poblete, ¡Tan porfiado que es!–, estas delegaciones sufren un repentino “Alzheimer” apenas ponen pie en el aeropuerto santiaguino.
Al igual que tres gobiernos de la Concertación, dispuestos a perdonar a los verdaderos culpables y actualmente, a lautaristas.
- ¿Y a qué se debe este “olvido”, mi General?
- Soy un hombre que para ellos no tiene mayor importancia. Además tienen miedo. Tienen miedo de crear malestar al interior de las Fuerzas Armadas o en otras jefaturas. Sobre todo el hecho de que yo pueda hablar, explicar mis sentimientos, mi lealtad hacia una verdadera democracia, hacia el Pueblo y los Trabajadores de Chile, tal como lo hice siempre y también en el exilio.
- Usted militó en el Partido Socialista en el exilio, General. Me llama la atención que su Partido no hubiese hecho nada por resolver el problema de su nacionalidad, entre otras medidas.
- El Partido Socialista no es el mismo que yo conocí. El socialismo se ha adaptado a las nuevas situaciones económicas, políticas e internacionales, adecuándose a las reglas que le fijan los grandes capitales. Yo creo que el Partido Socialista y el Socialismo en general han cambiado, en relación al combate de mi Compañero Salvador Allende, en su lucha por la justicia social, bienestar para el pueblo y los trabajadores e igualdad para todos los chilenos. Todo esto ha evolucionado. En treinta años las cosas cambian. Los hombres también.
El General Poblete Garcés tiene muy en claro esta “Real-Politik” que lo ha mantenido exiliado, treinta años alejado de su patria. Tres Presidentes de la República se han hecho los lesos, sacándole el tambembe a la jeringa, como habríamos dicho en otra época. Lagos, principalmente, al cual designa como a otros socialistas, de “socio-listo.”
Ya lo dije: no tiene tapujos para hablar.
- General: Usted me ha manifestado su enorme cariño por el General Bachelet. Hoy, su hija es Presidenta de la República. Asimismo, hay otro hijo de General –Ominami– que es senador actualmente.
¿Usted no cree que le faltó un hijo senador o Presidente de la República para acelerar el proceso de devolución de su nacionalidad?
Por primera vez veo en los ojos del General una emoción difícilmente contenida.
Empero, recupera el control de sí y su mirada va hacia una fotografía que se encuentra sobre un mueble. Un oficial de la Fuerza Aérea en su uniforme de Capitán de Bandada, nos observa.
- Mi hijo, Sergio Poblete Galzadet, Capitán de Bandada, piloto de combate, falleció en 1976, en un “accidente”. Su avión hizo explosión tres minutos después de haber despegado de Cerro Moreno, Antofagasta, donde era oficial...
El General Poblete agrega que la Fuerza Aérea de Chile no tuvo ni siquiera la gentileza de informarle de su muerte.
- Nada, ninguna nota informándome el fallecimiento de mi hijo. Menos un pésame.
Con respecto a Michelle Bachelet y el senador Ominami, señala:
- Yo creo que ha sido el desconocimiento por parte de ellos del aspecto jurídico de la recuperación de la nacionalidad...+
- ...Pero Usted me disculpará, General, un senador de la República es un legislador y se supone que debiera conocer un mínimo de las leyes vigentes...
- Sí, pero un legislador, lo mismo que un juez -vea lo que pasa hoy en Francia con el proceso de Outreau-
N.d.R: Un enorme error judicial que afectó a trece inocentes acusados de pedofilia, sin tener ninguna relación con las víctimas,
un magistrado puede cometer errores; ello no quita que el sistema judicial siga sin mayores variaciones.
Sobre todo en Chile, principalmente los jueces de la Corte Suprema, quienes fueron nombrados por Pinochet o su régimen.
Seguramente ellos no quieren que le vayan a destapar la olla.
El General Poblete sigue leal a sus principios de amistad, que incluye a los hijos de sus amigos fallecidos y compañeros de armas.
Le hago mención de esa ceremonia efectuada en Quintero, “de Reconciliación” en la Fuerza Aérea, en la que participó la entonces Ministro de Defensa, Michelle Bachelet y a la cual fue invitado.
- ¿Por qué no fue, General?
- Por razones morales.
Quintero era una base aérea donde yo fui Comandante de una de las alas. Pero después se supo, aquí en el exilio, que fue un lugar de represión, tortura, donde tiraron al mar a varios prisioneros y sabiendo que me iba a encontrar en esa base –que yo quise mucho-, con gente que habían sido desleales con su juramento de soldados, de defender la Constitución, las leyes, al Gobierno legalmente constituido y a sus autoridades también legalmente elegidas, me era imposible.
- No obstante, otros soldados en vuestra situación, asistieron...
- ¡Sí! ¡Pero yo me llamo Sergio Poblete Garcés! Soy General de la República y tengo una moral propia -como cada individuo la tiene-, más las razones que le acabo de exponer, decidí no participar.
El Gobierno chileno, una vez más se “olvida” de la situación del General,
negándole incluso los pasajes respectivos, además de un pasaporte donde se indique su calidad de ciudadano chileno.
- Si para el “Otro” se permitieron mantener un avión en Londres, esperándolo durante semanas, lo mínimo que pueden hacer en mi caso es pagarme los pasajes...-, afirma.
Miro en torno del salón y veo en un lugar destacado una pintura de la hermana del General Bachelet. Un afiche de Salvador Allende a la entrada del departamento (“Cuando salgo o entro a mi casa lo saludo con el brazo en alto, como él lo muestra en esta fotografía”). El retrato de Nelly Galzadet, su esposa, fallecida hace diez años, lo mira con amor desde el Cosmos.
- ¿Qué mensaje le transmitiría a Michelle Bachelet en lo que Usted llama el “Cambio de Guardia”?
- Primero, que la felicito, la abrazo con todo cariño, lealtad, en recuerdo de su padre, Alberto. Nuestras familias sufrieron después del Golpe, porque tanto ella como mi hija, mi esposa, como Ángela, Angélica, sufrieron con lo que estaba pasando a Alberto y con todos nosotros. Entonces le transmito este mensaje: Que haga lo posible por hacer justicia. Justicia para el Pueblo de Chile y justicia para todos aquellos sufrieron la represión.
Termina la entrevista diciéndome: “Digo como Orlando Letelier: nací chileno, viví como un chileno y moriré como chileno. Aunque no tenga la nacionalidad.”
Lo saludo como él lo exige con el puño en alto, me inclino delante el panteón familiar y salgo convencido que desde hacía mucho tiempo no había encontrado un personaje como el General Poblete: Anciano que guarda en sí el secreto de la eterna juventud, un hombre digno, de honor.
Sí, esa es la palabra: “Honor”.
Es mucho decir, en los actuales tiempos.
zonaImpacto.cl 2001-2005
CLAVE: El General Sergio Poblete Garcés habría sido invitado, además a la investidura Presidencial de Michelle Bachelet.
En el pueblo de Casablanca hubo un hombre canoso, de aspecto débil y enjuto, de rostro emocionado que aguardaba silenciosamente la llegada de la flamante presidenta chilena.
Cuando, Michelle sube al estrado, lo mira y se acerca abrazándole, como si fuera su propio padre a un hombre, que ni siquiera la televisión advirtió en ese instante, no olvidemos hubo transmisión directa quién era... me causo extrañeza, ese cuadro tan significativo que observábamos tras las pantallas, el conductor Juan Lavín, de tvn, no supo, qué momento se estaba viviendo ahí, ni menos de los otros canales mencionaron el histórico encuentro que estaba sucediendo a vista de todo un país.
Sin saber de quien se trataba, sentía que mi corazón latía fuerte , que lloraba de alegría, se regocijaba por ese reencuentro, queriéndome decir Carol, no olvides ese hecho, ahí existe un profundo misterio enraizado de la historia política social chilena.
Mas tarde logré por esas cosas intuitivas que poseemos las mujeres, enlazar el hecho comprobando datos en es red de internet donde pude comprender el por qué de ese llanto de aquel abrazo emocionante en Casablanca, pues este hombre no era mas ni nada menos que el GENERAL SERGIO POBLETE GARCES, el último apátrida de la historia, comparto entonces parte de la entrevista donde el relata su experiencia, sin duda un hombre de sufrimiento, de nobleza y humildad unido a ello su fortaleza para seguir viviendo a pesar de lo vivido:
General Sergio Poblete Garcés: Por Gabriel Morales Wilson, desde Lieja, Bélgica.
Fuente: zonalimpacto.cl
La siguiente entrevista fue realizada y escrita antes de conocerse el “detalle” que impidió que el decreto de privación de nacionalidad que Pinochet y sus ministros firmara contra el general de la FACH Sergio Poblete, pudiera tener vigencia legal. Es que la infamia no fue oficializada en el Registro Civil. Por lo tanto, el aviador constitucionalista que en 1973 fue hecho prisionero y torturado por sus propios camaradas y subalternos, tiene su nacionalidad chilena plenamente vigente. Con tal certeza comprobada, al cierre de esta edición el general Poblete llegaba a Chile para asistir a la asunción de la hija de su colega muerto, el general Bachelet, a la Presidencia de las República. Aquí reproducimos la entrevista realizada por nuestro distinguido colaborador Gabriel Morales en Bélgica, especialmente para ZonaImpacto.cl: A pesar de sus años, impresiona. Derecho como una “i”, lúcido hasta decir basta. A cada instante reaparece en su locución su pasado tanto de General como de profesor universitario y de militante por una auténtica democracia y justicia. ¡Y esa maldita manía de decir las cosas por su nombre, sin pelos en la lengua! No obstante, el General de Brigada de la Fuerza Aérea de Chile, Sergio Poblete Garcés es un fino diplomático, condecorado nada menos que con el grado de “Comendador” de la Legión de Honor Francesa y de la Orden de Leopoldo en Bélgica, Vanguardia de las Fuerzas Revolucionarias de Cuba (que sólo el Presidente Salvador Allende y él, las han recibido) y otras provenientes de los cinco continentes.
En su ciudad de exilio, Lieja, en Bélgica, fue nombrado “Ciudadano de Honor” y no es, en su caso, una simple distinción.
Acompañarlo en sus 87 años, durante un día en las calles de Lieja, con una temperatura que raya en el cero grado, vestido apenas con una chaqueta de “tweed” y el cuello cubierto con su tradicional bufanda roja, entrar a su restaurante preferido y constatar la enorme estima y respeto que los habitantes de “su” ciudad le profesan, sacándose el sombrero con gran ceremonia a su paso para saludarlo con un “¡Bonjour mi General”! (¡El adjetivo posesivo “mi” en castellano, por favor!)
o bien, deteniéndolo en la calle para preguntarle por su salud, denota largamente el enorme aprecio que inspira; es para lucirse a su lado...
Una salud de fierro, pese al marcapaso que le agregaron o bien, a esa caída que le dislocó el hombro derecho que, otro a su edad, le habría producido graves consecuencias.
Pero eso no es nada: a su edad –a diferencia de otros que se “hacen” o ya no tienen memoria alguna, especialmente cuando es en su propio interés-, mantiene intacta su capacidad intelectual.
“¿Sabes? A cierta edad tienes que ejercitar la memoria, hacer trabajar la cabeza...”
Ecléctico en la lectura, que va del último libro de Luis Sepúlveda o de Isabel Allende, análisis del marxismo en la época contemporánea, ensayos de Sociología y Economía sobre su mesa de lectura, además del último estudio de “Airbus” donde ejerció como ingeniero aeronáutico. “Tengo que ir de un libro a otro por falta de tiempo”, me dice.
Apátrida
Detenido el 18 de septiembre de 1973, torturado en la Academia de Guerra, comparte la celda con el General Alberto Bachelet, su compañero de armas y amigo, hasta la muerte del padre de la electa Presidenta de la República.
Expulsado de Chile por decreto en 1975, se establece en Bélgica, recibido al pie del avión por las más altas autoridades del país y, más tarde, por el Rey Balduino y su esposa.
En 1977, es privado de su nacionalidad por Decreto Supremo firmado por Pinochet (“El hijo de su madre”, como lo nombra) y sus ministros.
Hasta el día de hoy, sin que nadie hubiese realmente insistido por devolverle su nacionalidad, derecho inalienable para un auténtico chileno, General de la República, “General constitucionalista y respetuoso de las leyes y de la decisión del pueblo chileno en las urnas”, no renuncia a este que será, probablemente, su último combate.
Pero el General Sergio Poblete Garcés se venga a diario con el “usurpador” del título de Capitán General, “asesino y ladrón, vergüenza de las Fuerzas Armadas”. Hizo pegar en el fondo de su “WC” una calcomanía con el rostro de su enemigo y lo defeca. “Todos los días, sin que falte ninguno...”, agrega con una mirada cargada de picardía. O sea, cotidianamente se caga en Pinochet.
-¿Puedo indicar este detalle?– lo interrogo.
- ¡Todo lo que le diga, puede escribirlo!- exclama.
Su currículo es enorme. Profesor en la Universidad de Lieja, consejero en el Gabinete del Ministro de la Cultura francés y de Economía en la Región Walona, en Bélgica. Egresado de Yale, Ingeniero Aeronáutico en la Empresa de Aviación Aéreo-Espacial Europea, amén de otros cargos y responsabilidades con sus compañeros de armas en el exilio.
Pese a los esfuerzos realizados por sus “hinchas” tanto en Europa como en Estados Unidos, Fernando Ruiz y Germán Westphal entre otros, a fin de que las autoridades chilenas le devuelvan su nacionalidad, todas las gestiones han sido en vano.
Precisamente, Fernando Ruiz me informó por teléfono que a cada delegación chilena compuesta por diputados y senadores que llega a Ginebra, les presenta el caso del General Poblete. Delegaciones que vienen a hablar de los derechos humanos –entre otros objetivos no declarados- y de lo bien que se porta hoy la democracia en Chile. Sin embargo, luego de sonadas exclamaciones delante sus interlocutores europeos, tales como “¡No es posible! ¡Es una vergüenza! ¡Tenemos que remediar de inmediato a nuestro regreso al país tamaña injusticia! ¡El Presidente Lagos será informado oportunamente!”, y otras frases por el estilo, nada ha cambiado.
Desgraciadamente –a diferencia del General Poblete, ¡Tan porfiado que es!–, estas delegaciones sufren un repentino “Alzheimer” apenas ponen pie en el aeropuerto santiaguino.
Al igual que tres gobiernos de la Concertación, dispuestos a perdonar a los verdaderos culpables y actualmente, a lautaristas.
- ¿Y a qué se debe este “olvido”, mi General?
- Soy un hombre que para ellos no tiene mayor importancia. Además tienen miedo. Tienen miedo de crear malestar al interior de las Fuerzas Armadas o en otras jefaturas. Sobre todo el hecho de que yo pueda hablar, explicar mis sentimientos, mi lealtad hacia una verdadera democracia, hacia el Pueblo y los Trabajadores de Chile, tal como lo hice siempre y también en el exilio.
- Usted militó en el Partido Socialista en el exilio, General. Me llama la atención que su Partido no hubiese hecho nada por resolver el problema de su nacionalidad, entre otras medidas.
- El Partido Socialista no es el mismo que yo conocí. El socialismo se ha adaptado a las nuevas situaciones económicas, políticas e internacionales, adecuándose a las reglas que le fijan los grandes capitales. Yo creo que el Partido Socialista y el Socialismo en general han cambiado, en relación al combate de mi Compañero Salvador Allende, en su lucha por la justicia social, bienestar para el pueblo y los trabajadores e igualdad para todos los chilenos. Todo esto ha evolucionado. En treinta años las cosas cambian. Los hombres también.
El General Poblete Garcés tiene muy en claro esta “Real-Politik” que lo ha mantenido exiliado, treinta años alejado de su patria. Tres Presidentes de la República se han hecho los lesos, sacándole el tambembe a la jeringa, como habríamos dicho en otra época. Lagos, principalmente, al cual designa como a otros socialistas, de “socio-listo.”
Ya lo dije: no tiene tapujos para hablar.
- General: Usted me ha manifestado su enorme cariño por el General Bachelet. Hoy, su hija es Presidenta de la República. Asimismo, hay otro hijo de General –Ominami– que es senador actualmente.
¿Usted no cree que le faltó un hijo senador o Presidente de la República para acelerar el proceso de devolución de su nacionalidad?
Por primera vez veo en los ojos del General una emoción difícilmente contenida.
Empero, recupera el control de sí y su mirada va hacia una fotografía que se encuentra sobre un mueble. Un oficial de la Fuerza Aérea en su uniforme de Capitán de Bandada, nos observa.
- Mi hijo, Sergio Poblete Galzadet, Capitán de Bandada, piloto de combate, falleció en 1976, en un “accidente”. Su avión hizo explosión tres minutos después de haber despegado de Cerro Moreno, Antofagasta, donde era oficial...
El General Poblete agrega que la Fuerza Aérea de Chile no tuvo ni siquiera la gentileza de informarle de su muerte.
- Nada, ninguna nota informándome el fallecimiento de mi hijo. Menos un pésame.
Con respecto a Michelle Bachelet y el senador Ominami, señala:
- Yo creo que ha sido el desconocimiento por parte de ellos del aspecto jurídico de la recuperación de la nacionalidad...+
- ...Pero Usted me disculpará, General, un senador de la República es un legislador y se supone que debiera conocer un mínimo de las leyes vigentes...
- Sí, pero un legislador, lo mismo que un juez -vea lo que pasa hoy en Francia con el proceso de Outreau-
N.d.R: Un enorme error judicial que afectó a trece inocentes acusados de pedofilia, sin tener ninguna relación con las víctimas,
un magistrado puede cometer errores; ello no quita que el sistema judicial siga sin mayores variaciones.
Sobre todo en Chile, principalmente los jueces de la Corte Suprema, quienes fueron nombrados por Pinochet o su régimen.
Seguramente ellos no quieren que le vayan a destapar la olla.
El General Poblete sigue leal a sus principios de amistad, que incluye a los hijos de sus amigos fallecidos y compañeros de armas.
Le hago mención de esa ceremonia efectuada en Quintero, “de Reconciliación” en la Fuerza Aérea, en la que participó la entonces Ministro de Defensa, Michelle Bachelet y a la cual fue invitado.
- ¿Por qué no fue, General?
- Por razones morales.
Quintero era una base aérea donde yo fui Comandante de una de las alas. Pero después se supo, aquí en el exilio, que fue un lugar de represión, tortura, donde tiraron al mar a varios prisioneros y sabiendo que me iba a encontrar en esa base –que yo quise mucho-, con gente que habían sido desleales con su juramento de soldados, de defender la Constitución, las leyes, al Gobierno legalmente constituido y a sus autoridades también legalmente elegidas, me era imposible.
- No obstante, otros soldados en vuestra situación, asistieron...
- ¡Sí! ¡Pero yo me llamo Sergio Poblete Garcés! Soy General de la República y tengo una moral propia -como cada individuo la tiene-, más las razones que le acabo de exponer, decidí no participar.
El Gobierno chileno, una vez más se “olvida” de la situación del General,
negándole incluso los pasajes respectivos, además de un pasaporte donde se indique su calidad de ciudadano chileno.
- Si para el “Otro” se permitieron mantener un avión en Londres, esperándolo durante semanas, lo mínimo que pueden hacer en mi caso es pagarme los pasajes...-, afirma.
Miro en torno del salón y veo en un lugar destacado una pintura de la hermana del General Bachelet. Un afiche de Salvador Allende a la entrada del departamento (“Cuando salgo o entro a mi casa lo saludo con el brazo en alto, como él lo muestra en esta fotografía”). El retrato de Nelly Galzadet, su esposa, fallecida hace diez años, lo mira con amor desde el Cosmos.
- ¿Qué mensaje le transmitiría a Michelle Bachelet en lo que Usted llama el “Cambio de Guardia”?
- Primero, que la felicito, la abrazo con todo cariño, lealtad, en recuerdo de su padre, Alberto. Nuestras familias sufrieron después del Golpe, porque tanto ella como mi hija, mi esposa, como Ángela, Angélica, sufrieron con lo que estaba pasando a Alberto y con todos nosotros. Entonces le transmito este mensaje: Que haga lo posible por hacer justicia. Justicia para el Pueblo de Chile y justicia para todos aquellos sufrieron la represión.
Termina la entrevista diciéndome: “Digo como Orlando Letelier: nací chileno, viví como un chileno y moriré como chileno. Aunque no tenga la nacionalidad.”
Lo saludo como él lo exige con el puño en alto, me inclino delante el panteón familiar y salgo convencido que desde hacía mucho tiempo no había encontrado un personaje como el General Poblete: Anciano que guarda en sí el secreto de la eterna juventud, un hombre digno, de honor.
Sí, esa es la palabra: “Honor”.
Es mucho decir, en los actuales tiempos.
zonaImpacto.cl 2001-2005
CLAVE: El General Sergio Poblete Garcés habría sido invitado, además a la investidura Presidencial de Michelle Bachelet.
