El Vicario Baeza no se cansa de hablar de la mezquindad de los ricos, católicos, apostólicos y romanos

Baeza desgarra su corazòn para continuar en el camino del evangelio de Jesùs
en favor de los marginados por esta Sociedad que se enfria al no comprendernos que vivimos en comunidad , que es poner nuestras vidas en comun ....
Carol.

La dictadura es un período imborrable.
Ese paseo buscando a los familiares en cualquier parte.
En los centros de tortura, en el estadio Chile, en el Nacional, en el mar, había ido a una reunión con el grupo de Acción Católica. Días después recibe una llamada del cardenal Raúl Silva Henríquez.
Tenían miedo, no querían que volviera por temor a las represalias.

Yo tuve amigos que sufrieron las consecuencias de ir a Tejas Verdes, donde estaba ‘El Mamo’.


Por la misma gente que era torturada nos enterábamos de las pestes
y groserías que decían de nosotros.

Para qué contarle cómo se referían al cardenal Silva...


Fueron tiempos duros. Primero colaboré en el Comité Pro Paz y

luego en la Vicaría de la Solidaridad.

Luego fui el primer vicario de la Vicaría Pastoral Obrera.


Todavía veo ese salón grande de lo que fue el comité Pro Paz.

La gente llegaba tan angustiada.

Pero recibía un cariño inmenso.
Dice que nuca recibío amenazas directas, pero cuando supo lo que habían hecho con el padre Juan Alsina. Le dio rabia, rabia y pena.

Inventaron que estaba en un grupo de francotiradores.

Yo viví con él y sabía que todo era mentira.

Pero él fue un hombre muy consecuente, hasta el final.

Nosotros creíamos que en Chile iba a haber una guerra civil y siempre nos preguntábamos de qué bando estaríamos
Y bueno, él fue consecuente con lo que hablamos alguna vez.

MONSEÑOR ALFONSO BAEZA SE DESPIDE DE LA VICARÍA DE LA PASTORAL SOCIAL“Chile no puede seguir creciendo a costa de la humillación de los trabajadores

Se siente con el derecho de criticar a los empresarios, a los políticos y a su propia Iglesia.
No se cansa de hablar de la mezquindad de los ricos, católicos, apostólicos y romanos.

Incluso ahora que tiene un pie fuera de la vicaría. Pero el corazón dentro.
La iglesia que yo amo
Monseñor Alfonso Baeza deja la Vicaría de la Pastoral Social, donde permaneció cerca de dos década, pero continúa como presidente de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic).



También seguirá como director de Caritas Chile y por supuesto, en su cargo de párroco del Sagrado Corazón de Jesús, en Estación Central.

Ahí hace misas, bautismos, catequesis y conversa con sus amigos.

Muchos de ellos mendigos del sector que lo ven con ojos de santo,
sobre todo, cuando abre su monedero de cuero café y les da cien pesos.

“¿No tiene un poquito más, para echarle algo al pan?”-le pregunta una señora que lo espera sentada en la puerta de la parroquia-.

Y él no se hace problemas. Cincuenta pesos más y ella se va feliz.

“Ves, los curas también tenemos que dar hasta que duela”, se ríe palmoteándome la cara.

-¿Y la Iglesia, ha dado hasta que duela?
-La Iglesia somos todos, el clero y los laicos y también tenemos responsabilidad en todo lo que pasa. Yo siento que nos quedamos dormidos. Nos movimos cuando vino la dictadura, por temor. Pero uno no tiene que moverse por el temor, sino que por el amor. Aunque suene siútico.
-Usted me habla de la Iglesia de los ’70 y de los ’80 con nostalgia.


¿Qué le pasa a la Iglesia que no logra encantar en democracia?

-En estos tiempos tenemos una responsabilidad mayor de mostrar caminos y estar cerca de los que más sufren.

A veces creemos que no podemos hacer nada y nos quedamos frustrados. Pero yo creo que un buen cristiano no se puede frustrar.



Tenemos que hacer una Iglesia viva, que impulse al Gobierno, a los empresarios y a los políticos a moverse con mayor solidaridad.
-¿Ya...?
-Nosotros también nos hemos equivocado. Es cierto.
-La Iglesia de apertura de los 80 cambió radicalmente en los noventa. ¿O me equivoco?
-Yo creo que la Iglesia se quedó adentro.

Ahora viven mucho más preocupados de cómo hacer mejores cantos, mejores celebraciones, y no se preocupan mucho de la gente y de quiénes viven al lado de ellos...


-¿Y a quién podemos atribuir este cambio?



- Lamentablemente imperó una fuerte mentalidad que decía que habíamos estado muy afuera, en algo que no nos correspondía. De hecho escuché muchas veces algo que me caía pésimo: “Volvamos a lo propio”...
-¿Qué es eso de volvamos a lo propio... Quién lo decía?
-Eso lo decían algunos obipos y algunos curas... que tampoco hicieron mucho en tiempo de la dictadura, pero que se sentían con la conciencia intranquila porque otros hacíamos cosas. Impulsaron un estilo de evangelización muy separado de lo que era la liberación, de la injusticia.

¡Pero la evangelización incluye trabajar por todas las causas que oprimen a las personas! Eso se silenció.
Y fue muy fuerte. Desgraciadamente.
-¿Alguna recomendación para su sucesor, Rodrigo Tupper?


-La tarea es hacer que el pueblo esté mejor parado. Que crea. La Pastoral Social debe ahora hacerle sentir a los trabajadores que hay situaciones que se pueden mejorar y derechos que se pueden conquistar.
Sige leyendo texto completo en La Nacion

VIDEO TVN Refundacion de la VICARIA

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