Historia de una mujer que nos invita a refrescar la solidaridad



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Marìa Vega, Directora de Tribuna BÌO BÌO hace una invitacìon para amarnos desde la solidaridad, leamos con atenciòn:
Vía correo electrónico me llegó el mensaje: distintas organizaciones estaban impulsando una campaña solidaria a favor de Olga Fuentes. De inmediato se me vino a la memoria su imagen. Pero no la de la mujer empeñosa que ha sacado adelante los grupos de huertos orgánicos en Tomé. Si no otra, quizás más desconocida, pero no por ello menos intensa y emotiva. Recuerdo a Olga como una mujer de mirada limpia, de ojos tristes, de modales suaves, pero poseedora de una tremenda energía, de una enorme voluntad. Y cómo no, si cuando la conocí, en 1991, todo su empeño y fuerza estaba orientado a un sólo objetivo: saber qué había pasado con su hijo Jorge, de 19 años, que desapareció el 21 de enero de ese año junto a otros dos amigos, sin que nunca más se supiera de ellos.

Incansablemente, Olga lo buscó. Otra de las mamás la acompañaba en su peregrinar. Hizo lo imposible por saber qué había pasado. Escribió en un cuaderno, de su puño y letra, todos los pasos que fue dando, todas las gestiones que hizo, todas las puertas que fue tocando. Pero su empeño se estrelló contra un muro que nunca pudo traspasar. Cada cierto tiempo, Olga llegaba a la oficina del diario donde yo trabajaba entonces y me contaba qué había pasado. Cada 21 de enero, las familias recordaban a estos tres jóvenes que se perdieron cuando iban rumbo a la Isla Quiriquina. Hasta que no supe más de ella.

Pasó el tiempo, y hace un par de años, me reencontré con Olga. Pero en otro plano. Ella presidía la Unión Comunal de Huertos Orgánicos de Tomé, labor en la que empezó en 1993. Me alegré por ese nuevo giro en su vida, por saber que estaba entusiasmada y vital en esta actividad, según pude comprobar.

Por eso es que me impactó recibir el correo en que se informaba que Olga necesitaba ayuda. Tiene una enfermedad que no está muy clara y que la tiene complicada. Ella no cuenta con previsión, así que no puede recibir atención médica particular, sólo en el sistema público.

Elena Silva, amiga y vecina, contó que hace un tiempo Olga Fuente padeció una extraña afección a la piel. “Le aparecieron unas ampollas en todo el cuerpo que se le reventaban. Fue al hospital y le hicieron un tratamiento que la alivió”. Pero al poco tiempo le dio una bronconeumonía que la mantuvo internada un par de semanas, hasta que se recuperó. Lo malo es que no había pasado mucho tiempo, cuando le reapareció la dolencia a la piel que tuvo antes.

Y además, le cuesta respirar. Ahora, Olga está en cama sin saber qué tiene.

“Lo que queremos es reunir fondos para que ella pueda ir a un especialista particular con los exámenes que le han hecho hasta ahora y que le puedan decir qué tiene y cómo se puede tratar”, dice Elena Silva.

Y en la Unión Comunal de Huertos Orgánicos no han dudado en tenderle una mano. Primero juntaron algunos recursos entre los 16 grupos que integran la Unión y luego organizaron actividades para reunir fondos como una rifa y venta de empanadas. “Ella se lo merece”.

También hay una cuenta en el BancoEstado para colaborar. Es la 73.405.900-5 y está a nombre del Centro Taller Comunal de Huertos Orgánicos de Tomé Alto. Una clara demostración de solidaridad a toda prueba. Algo que Olga Fuentes conoce de sobra.

Por M.E.Vega
Concepción, 12 de marzo de 2006.-

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