El puente de la casa al Colegio


La reunión de apoderados: un puente entre la casa y el colegio.
Esté en el curso que esté un alumno, la participación de los padres
en la reunión de apoderados es un momento clave para asegurar una
fluida relación entre el colegio y la casa.

Es que si alguna vez se creyó que la inscribir a un hijo en el colegio los padres podían desligar su formación a un tercero, hoy es claro que la presencia familiar como acompañamiento de los aprendizajes es clave para optimizar el desempeño de nuestros hijos a lo largo de toda su etapa escolar.
La primera reunión es una oportunidad clave para el trabajo conjunto entre padres y profesores. La buena relación apoderado-profesor favorece los resultados académicos del estudiante.
Cuando los niños son pequeños, las reuniones ayudan a formalizar alianzas familia-escuela tendientes a "normalizar" al estudiante respecto al silencio en la sala de clases, al saludo en la mañana, a las idas al baño durante una hora de clases o su autonomía a la hora del almuerzo.
Ya más grande, la reunión de curso sirve para compartir con otros las experiencias de desarrollo del niño, buscando fórmulas comunes para estimular su desempeño y su crecimiento físico y espiritual.
Una etapa complicada es el paso por la adolescencia que cruza con fuerza de séptimo a segundo medio.
Allí la presencia activa de los padres resulta clave para salvar con éxito los radicales cambios que se viven.
Al final del ciclo escolar, la aparente independencia del alumno adolescente, no exime al padre o apoderado de su acompañamiento y preocupación. Se trata de un período de la vida escolar en que el hijo o hija requiere la presencia de los padres pero de otra manera que en los años anteriores. Ir a las reuniones del colegio ayuda a mantener abierto el puente entre los mundos del adulto y del joven y mostrarle al hijo o a la hija qué es una persona importante para su mamá y/o papá.
De ahí que sin importar la edad de nuestros hijos, ir a las reuniones de padres y apoderados significa:
Mantener un puente en la casa y el colegio
Recibir información del hijo o hija y de su curso
Aprender formas de desarrollar una mejor relación con el hijo.
Informarse de distintas actividades del colegio
Compartir con padres y madres de otros niños, pares en el proceso formativo de nuestros hijos.
Es una señal potente de interés para los hijos, respecto a su vida escolar y sus procesos.
Permite modelar a los hijos, sobretodo desde pequeños, la importancia de cumplir responsablemente con los compromisos adquiridos.
Un compromiso mayor con la escuela es la participación activa, como delegado en la directiva del curso.
Ello hace parte a cada curso en el Centro de Padres.
Pero sea cual sea la opción de involucrarse en mayor o menor grado con el colegio de nuestros hijos, lo que no puede faltar es la asistencia al menos a las reuniones de padres, puesto que el rol en este sentido es impostergable.
Finalmente, considerar que estas jornadas que a veces pueden ser mal catalogadas como “latas” pueden significar en el largo plazo una marcada diferencia entre un desarrollo armonioso o disarmónico, en los hijos.
Colaboración: Paulina Soto, Sicóloga.

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