PENITENCIARIO




.1. Por ciego y acechante, y por tu vana seguridad, dobla tus rodillas.
Te doy de penitencia descubrir y recoger 70 caracoles nocturnos que dormitan bajo las acelgas y lechugas de mi huerto.
Y dirás tres veces, en voz alta, "Dios mío estoy húmedo de llanto.
Me he olvidado de ti desde que era un niño pequeño, sucio y mojado de pañales".
Si así lo haces, será limpia tu mirada, dice Dios.


2. Grandioso y poderoso cantor dc mentiras, ya ni siquiera sabes quien eres... ¡Corazón de Coca-Cola!...Arrepiéntete.
Te doy de penitencia reencontrar tu dignidad:Irás por las calles más humildes de la ciudad, en silencio, lejos de todas tus noches festivales.
Cuando te sientas insoportablemente sólo, repetirás siete veces en tu corazón esta palabra verdadera: "Pobre soy, mi Dios... hijo tuyo soy... ten piedad de mi".
Y colgarás tu guitarra por siete días y una noche, hasta que cante tusilencio.
Dios acompañará tu canción verdadera.



3. Tú no tienes nunca ni un poco de tiempo.
Lo devoras atropelladamente fuera de ti.
Eres inalcanzable para los tuyos.
Nunca contemplas por las ventanas abiertas: ni la flor, ni el monte, ni el mar.
Ni siquiera miras como ha crecido tu hijo mayor y como está de hermosa, casi una mujer, tu hija adolescente.
Rompe tu cronómetro y ven a recibir humildemente tu penitencia: Vendrás a la orilla del arroyo a recoger una a una, lentamente, las piedras que redondeó el tiempo con tanta paciencia; y las volverás a colocar a cada una en su nido de agua, como algo delicado e importante...

Cuando venga a pasar por allí un peregrino y te pregunte respetuosamente "qué estás haciendo, hermano", tú le responderás "estoy reparando el tiempo perdido, mi Señor"...Y volverás temprano a casa. Descolgarás el teléfono y dejarás sin encender el televisor.

Mirarás uno a uno a tu esposa y a tus hijos, con la misma atención y delicadeza que empleaste con las piedras del arroyo.
Entonces, descubrirás el color de los ojos de quienes te aman, y un resplandor de ternura escondida que tenían reservada para ti antes que existiera el tiempo.
El Señor de los años, los meses y las horas, quiere darte su paz, que no tiene medida.


4. Tu no quisiste manchar tus manos.
Y era necesario hacerlo.
Te hacías servir como a un rey o a una reina, sin dar las gracias a los humildes.
¿No sabías que ellos tejieron tus vestidos, edificaron tus mansiones,lavaron tus ropas, aderezaron tus platos favoritos, lustraron tus zapatos, cuidaron de tus hijos, custodiaron tus bienes muebles e inmuebles, labraron tus campos, activaron tus fábricas, etc., etc...?
Porque olvidaste que ellos eran dignos miembros del único cuerpo del Señor, harás penitencia de esta manera:
Tirarás tú mismo el arado; destaparás tú mismo el alcantarillado ocluso de tu casa; lavarás tú mismo las ollas de cocina y limpiarás tú mismo cuanto hayas ensuciado, recogerás la basura durante un año y un día.Así podrás peregrinar por el alegre camino de las cosas de todos los días que recorrió nuestro Salvador y Señor Jesús.Le sonreirás a Dios y El te sonreirá...




5. ¿Estás airado?... Estás siempre exigiendo que los demás fabriquen tú felicidad. Siempre agitado, andas reclamando por lo temprano o lo tarde; por lo caliente o lo frío; por lo rápido o lo lento...Eres punzón, espuela, látigo. El reposo de tu alma no lo has de encontrar por ese camino...Ven, acércate. La Humildad de corazón es el reposo que necesitas. Mírate a ti mismo con mayor bondad. Acéptate y aceptarás a los demás. Por tú penitencia: te mirarás al espejo todos los días, por la mañana y por la tarde, y te reirás de ti mismo, con humor temperado, hasta que desaparezca esa arruga vertical que hay en tu frente que te da aires de Jefe dc préstamos de algún Banco Internacional.¿Sabes?.... Eres más honesto y mejor persona que lo que tú crees; y el Señor lo sabe.



6. Eres exacto, numérico, perfecto. Sabes decir bien lo que han entendido claramente. Es un gran don; pero tienes el prurito de traducirlo todo al orden de tu inteligencia. Descuidas el corazón; olvidas cultivar la amistad; te encierras y no escuchas. Te has establecido, antes dc tiempo, en el exilio voluntario de las cumbres y ambicionas la visión de los cielos abiertos.Por tu penitencia te invito a peregrinar en el nombre de Jesús a donde quiera haya alguien de aquellos que solo saben hacer la verdad y no tienen palabras para decirla. Por ejemplo, te acercarás al lecho de un enfermo y lo escucharás como haría Jesús, dejándote conmover, vulnerable y quebradizo ante el dolor.Entonces, el Señor encenderá en ti una luz verdadera que eclipsará todas tus luces.




7. Eres demasiado activo, dominante, avasallador. Tienes un motor de tractor en la carrocería de una limusina. Impones tus planes, arrasas, no escuchas.No niego que sabes organizar bien lo que hay que hacer; pero a tu sombra no dejas crecer a los demás.Esta será hoy tu penitencia: cuando llegues a casa, deja que te bese tu esposa y te saluden tus hijos y deja quo los niños jueguen con sus juguetes, sin tu tutela. Déjalos tranquilos. No les enseñes como debe caminar correctamente el tren en miniatura. Déjalos que acaben con sus juguetes y que se ensucien y que se caigan y se levanten a su manera y no a la tuya...Tú, en cambio, encuéntrate con el niño que llevas encerrado bajo siete llaves en tu corazón...¡Anda, suéltalo!... En esa mano tuya silenciosa que está acariciando a los tuyos está escondida tú paz.El Dios que respeta tu autonomía te ama; y recuerda cuando vuelvas a atolondrarte: un día, otros van a organizar tu funeral. Prepárate con San Pedro a que otros te ciñan y te lleven a donde tú no sabes.




8. Andabas siempre con sonrisa de artista de televisión en tu boca, preocupado dc caerle bien a todos. Eres el rey de las frivolidades. Bien vestido, impecable trato y largas conversaciones en las que no se dice nada o se dice sólo lo que pueda aparecer sensato, apto para todo oyente.Pero tus ojos te traicionan. Tú corazón está ausente. Te has convertido en la costra de ti mismo.Dios te invita a dejar las inventadas sendas que otros te exigen recorrer y a emprender tu propio camino. Por penitencia, permanecerás desnudo en un lugar desierto, un día, una noche y otro día. Y gritarás en voz fuerte las verdades que tu amas y el mundo no te deja decirlas. No te permitirás dejar salir de tus labios nada que no pase primero a oxigenarse en la verdad de tu corazón. Después, te vestirás y te postrarás en tierra con tu rostro pegado al suelo, con tus manos tocando el polvo real, el auténtico barro sucio y ensuciador. Y permanecerás allí sin decirle nada a Dios.Él tampoco te dirá palabra, pero saldrás de allí sabiendo que El te conoce y te ama.




9. Eras demasiado miedoso. Tal vez eso explica que prefirieras ignorar el desaparecimiento de tu vecino en una noche de tiempo de queda. Preferías no escuchar los gritos de aquella madre a quien le arrebataron su hijo por causa de una delación. Preferías ignorar el hambre de los hijos de los cesantes, no por avaricia, sino por miedo.Preferías creer lo que decía el periódico oficial: "no hay torturas. no hay desaparecidos, no hay cesantía... No dabas tu opinión; sólo decías "a mi me carga la política... no se nada de política"...Pero como en el secreto de tu conciencia sentías náuseas y reconocías que el temor se sobreponía a tu razón, tengo compasión de ti y te convoco también a penitencia:Irás a visitar a un prisionero. Pasarás por el miedo que te dan esos muros fríos, sentirás soledad e incertidumbre. y descubrirás que muchos de aquellos que el mundo condena no son peores que tú. Sentirás en tu corazón la fuerza de la solidaridad que hace valientes a los cobardes y generosos a los egoístas...Al salir, reza un Ave María para respirar y agradecer la libertad...Dios es también compasivo y misericordioso con los muertos de miedo.





10. Tu tenías siempre la razón. Sabías todo lo que se debería haber hecho... Tenías una receta para cada mal y un castigo para cada falta. Nunca dijiste una grosería, ni siquiera la palabra “mierda” que tiene indulgencia por varios días; pero tenías instalado en tu corazón un tribunal sin apelación. En el trono estabas tú; en el banquillo tu hermano, tu hermana, tu obispo, tu compañero, tu desconocido prójimo... Y sentenciabas.Pero Dios no quiere condenarte. Es más Padre que Juez. Te conoce bien. Sabe que fuiste niño solitario, sin cariño...Míralo como viene él mismo a hacer penitencia por ti. Coronado de espinas se ha sentado en el banquillo que tú tienes dispuesto para tus acusados. Baja tú de tu sede suprema y ven a ponerte a los pies del manso rey Jesús. Escucha la penitencia que te susurra: "ponte el último a la cola de los pecadores, así podrás sentarte conmigo en la mesa del Reino"...




NOTA: EN ALGÚN MOMENTO DE MI VIDA YO CREO HABER SIDO ALGUNO DE ESTOS PERSONAJES DE PECADO. NO SIEMPRE HE CUMPLIDO LA PENITENCIA AL PIE DE LA LETRA. ESTEBAN GUMUCIO SSCC

Entradas populares