Mensajes que salvan vidas y evitan femicidios


Son muchas las denuncias y siguen subiendo.
Mejoran, por lo tanto, las oportunidades de
las mujeres de poner fin a situaciones de violencia de género.
Pero siguen existiendo problemas graves
relacionados con su seguridad, deficiencias que le han costado la vida a medio centenar de mujeres en lo que va de año.
Garantizar esta seguridad es, desde luego, obligación del Estado.

Hemos de seguir pidiendo que se incrementen los recursos destinados a la protección de las mujeres que sufren violencia de género, que se anime a poner fin a la situación de violencia denunciando y que se ponga especial cuidado en la protección de las mujeres que denuncian.

Pero también es necesario que todo el entorno, toda la sociedad, incluyendo las propias víctimas, colabore en esta garantía de seguridad, conscientes, todos y todas, de que la denuncia, en muchas ocasiones, es un factor más de riesgo.

Las víctimas tienen que estar informadas de estos riesgos y tienen que saber cómo tienen que actuar para su propia protección.

Por eso, es necesario emprender medidas de información y sensibilización, exactamente igual que se hacen en otros ámbitos, haciendo recomendaciones sobre su propia seguridad. Las organizaciones de mujeres lo están haciendo, pero hace falta un mayor impulso por parte de las instituciones y una mayor información directa a las victimas desde todas las instancias.


Por eso, en una situación de violencia de género hay algunas cuestiones que las mujeres y las personas que las rodean, han de tener en cuenta:


Denunciar desde los primeros momentos.
Los malos tratos empeoran con el tiempo, no denunciar por miedo nunca tiene resultados.
Volverá a suceder y cada vez será peor. Buscar ayuda. Desde el primer momento. Hay que buscar protección y ayuda antes de poner la denuncia. Asesórate y recurre a los servicios de apoyo de tu ciudad, contacta con una organización de mujeres especializada en violencia de género.

Utilizar los recursos de protección.
Tras la denuncia, continúas estando en una situación de riesgo.
Una casa de acogida no es sólo un recurso de alojamiento sino de protección y seguridad frente a tu agresor.
Entrar en una casa de acogida no significa que estés sola. No siempre tu familia puede protegerte.

No acercarse al agresor.
Respeta la orden de alejamiento y comunica a la policía cualquier violación de la misma por parte de tu agresor.
Las amenazas van en serio. Aunque tu agresor no parezca peligroso para las demás personas, sí puede serlo para ti. No minimices el riesgo.

A la vista de los últimos casos, hay que seguir insistiendo en que la protección a las mujeres víctimas de violencia de género es de vital importancia.
Necesitamos campañas que informen adecuadamente sobre estos y otros factores de riesgo, e insistan en la importancia de las medidas de protección para las mujeres victimas.
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Como en otros casos, hay mensajes que pueden salvar vidas.
Desde el blog de Marisa Soleto

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