Carolonline Cuadernos del Bío-Bío

El año 1995, el profesor Alejandro Witker, entonces a cargo de las publicaciones de la Universidad de Concepción, vio concretarse un esperado proyecto: la publicación de unos "Cuadernos del Bío-Bío", una serie de monografías cuya finalidad era divulgar hechos y personajes de relevancia regional, como una manera de fomentar el conocimiento de nosotros mismos y, por ende, afianzar nuestra identidad de chilenos arraigados en una zona específica de la patria común.
La primera entrega de los Cuadernos del Bío-Bío fue una semblanza, cómo no, del fundador, don Pedro de Valdivia, escrita por el profesor Augusto Vivaldi. Sería ésta la última publicación del historiador, reacio a dar a la imprenta sus saberes. La segunda obra fue una antología de leyendas regionales, compilada por Oreste Plath. A ella siguieron nuevas incursiones en la historia local, a cargo de Leonardo Mazzei y Arnoldo Pacheco, y una descripción de los diversos elementos del río que da nombre y visibilidad a la región, a cargo de Oscar Parra. Siguieron, así, bajo el título genérico de "órbita de...", biografías de personajes claves para nuestra cultura y desarrollo, como Isabel Riquelme, Marta Brunet, Marta Colvin, el gobernador Alonso de Ribera, los Pincheira, Nicanor Parra, Enrique Soro, Francisco Contreras, historias de lugares e instituciones como Rere, Quirihue, Chillán, Contulmo, las bordadoras de Copiulemu, las monjas trinitarias, el liceo Enrique Molina y el liceo Narciso Tondreau, la filatelia regional, algunas reediciones de textos clásicos semi-olvidados, como las "Cartas de la aldea", de Manuel J. Ortiz, e incluso textos de análisis de nuestra realidad social y económica, como "Globalización, nación y región", de José Miguel Insulza e "Infraestructura y desarrollo", de Ricardo Lagos Escobar.
Se trata, en suma, de un esfuerzo enorme y de real significación para la región, que se constituye así en pionera en la ejecución de un programa sólido y sostenido de fomento la cultura nacional, ya que no sólo local. Durante diez años, las bibliotecas municipales y de los liceos, así como los ciudadanos alertas a la vida cultural de nuestra zona han contado con un apoyo insustituible en su gestión educativa.
Felizmente, además de la Universidad de Concepción, cuna de los Cuadernos, la Universidad del Bío-Bío y muchas municipalidades locales han entendido su validez, entregando su apoyo financiero e intelectual. Con justicia la Academia Chilena de la Lengua hizo el 2005 un reconocimiento a esta empresa, al celebrar sus diez años de vida, en la forma del Premio Alonso de Ercilla, galardón que se otorga a una publicación periódica de divulgación cultural. Y este año de 2006 se ha editado un cuaderno muy especial: "Cuadernos del Bío-Bío. 10 años. Cultura y región", a cargo de Fidel Torres. Sólo resta sumarse a la alegría y al orgullo de haber sido parte de este acto de fe en la región, añadiendo al nombre de la ya numerosa colección de los Cuadernos del Bío-Bío un subtítulo: "Profeta en su tierra".

Andrés Gallardo B.

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