El intento de hacer justicia y terminar con los femicidios

Desde el Diario de una niña vieja

Hace meses atrás leí un mail enviado por Claudia, el cual decía lo siguiente:

Comparto este dolor y esta vergüenza, y ésta pena, ya no sólo es el crimen en contra de las mujeres, el crimen que le arrebató la vida a mi niña, ya no sólo una justicia injusta e impresentable, sino también una defensa jurídica que pretende defender lo indefendible, que pretende decir que asesinar a Javiera tiene una explicación, una razón, que pretende convencer a los jueces que no fue un acto criminal ni asesino.


Es parte de una carta escrita en mayo del 2006.

La justicia decidió que Alfredo Cabrera Opazo, quien lanzó a su hija desde un séptimo piso el 19 de diciembre del año 2005, prorrogue su estadía en prisión preventiva. Está muy lejos de ser una condena.


Ayer en el Centro de Justicia.
Se revisaba la causa se temìa se le otrograà libertad.
En el Centrode Justicia ubo gente apoyando a Claudia, los gritos se hicieron sentir desde el alma sobretodo de sus congéneres de organizaciones feministas.
Muchas mujeres y quienes vivimos en Chile, estabamos atentas a las noticias

Las consignas eran “Quien ama no maltrata, no agrede, no mata”, . También se hizo lo mismo con las pancartas echas a mano que pedían que Alfredo Cabrera Opazo no saliera en libertad.

Ya era hora de la audiencia para revisar la causa y la prisión preventiva que lo mantiene tras las rejas hace 11 meses, sabemos los hechos y de las pruebas que reunió.

Claudia Neira se hacia presente con una carta en la mano y todo el dolor de este sufrimiento que se hacía extremo para pedir justicia.


El 19 de diciembre de 2005 el frágil cuerpo de la dulce Javiera, hija de Claudia y Alfredo, de seis años, cayó al vacío desde el séptimo piso de un edificio de Santiago.

Los testigos señalan que inmediatamente de una discusión, el papá de la niña,en quien tanto esta confiaba, se asomó por la ventana del departamento que ocupaba desde que se había apartado de Claudia su ex mujer y arrojó a la niña a la calle sin piedad lleno de furia, estaba realizando su último acto para herir a su ex pareja.

Luego, amenazó a Claudia con una botella rota y la hirió quería matarla sin duda. Este le cortó el lado izquierdo de la cara y parte del cuello.

Desde entonces la Justicia lo mantiene con prisión preventiva
Estableciendo parricidio y femicidio frustrado.

Y continuará en la misma condición, ya que su defensa no logró probar en la Corte que no significara un riesgo para la integridad de otras personas, a pesar que su abogado, Leopoldo Romero, incluso señaló que no fue Cabrera quien arrojó a la niña.
No obstante Javiera no volverá a los brazos de su madre.

Claudia se mantuvo de pie a las puertas del Centro de Justicia, sosteniendo con fuerza una carta en su mano.
Se limitó a recibir los abrazos de sus compañeros que le gritaban con los ojos llorosos que “el padre de su hija se quedaría tras las rejas”.
Los gritos se fueron extinguiendo, los carteles cayeron y entonces, de entre el grupo de las mujeres, se asomó Claudia con su pena y su carta en la mano.

Daba lectura pública era una carta para Javiera:

“Por estos días, hace un año te encontrabas en la casa escribiendo una carta al viejo pascuero en la que pedías regalos para Baboncito, tu conejo.

Hija mía te extraño demasiado, esta vida es invivible sin ti.

Francamente resulta absurdo pensar que no estás… porque un criminal que no se la pudo con la vida decidió asesinarte…

Niña mía, mi guagua por siempre, hoy me encuentro con mujeres que piensan al igual que yo que el asesino que terminó con tu vida no puede estar en libertad.

Que las niñas no pueden estar preparando las cartas al viejo pascuero si este criminal es libre”.

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Fuente La Nación y datos en el Blog Centro de Mujeres

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