Crisis de Pánico

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Si presenciamos una crisis de pánico, lo más recomendable es acompañar a la persona afectada, abrazarla con cariño y hablarle con una voz tranquilizadora.


CRISIS DE PANICO O TRASTORNO DE PÁNICO. SIMPLEMENTE EL MIEDO AL MIEDO.
El trastorno de Pánico no es una enfermedad nueva, pero últimamente oímos más sobre ella. Es muy probable que haya un componente genético que haría a algunas personas más vulnerables a desarrollarla. Aunque no hay estadísticas claras en Chile, parece evidente que nuestro ritmo de vida no ayuda a prevenirla. Pero todavía hay mucho sobre las causas del Trastorno de Pánico que es materia de estudio. Por eso que es tan difícil dar con el diagnóstico correcto.


Es un episodio de ansiedad aguda con miedo o malestar intensos, acompañado de alguno de los siguientes síntomas, que suelen aparecer bruscamente y alcanzar su máxima expresión en los primeros 10 minutos, es ahí crisis llega a su pick máximo y en caso de acudir a urgencias, cuando llegan al servicio los síntomas se han calmado mucho o han desaparecido, no encontrándose anomalías cuando son explorados. De cualquier forma, no es infrecuente que a pesar de haberse reducido la intensidad de los síntomas la persona quede en un estado de abatimiento, cansancio o desgana que puede durar incluso durante horas hasta que se recupera.

Síntomas


: Palpitaciones

· Elevación de la frecuencia cardiaca

· Sudor

· Temblores

· Sacudidas

· Sensación de ahogo o falta de aliento

· Sensación de atragantarse

· Opresión o malestar en el pecho

· Náuseas

· Molestias abdominales

· Inestabilidad

· Mareo

· Sensación de desmayo

· Sensación de entumecimiento

· Hormigueo

· Escalofríos o sofocaciones

· Percibir las cosas o percibirse a sí mismo de forma extraña

· Miedo a morir, volverse loco o perder el control

Por lo general, un episodio dura entre 10 minutos y media hora y en casi todos los casos, las crisis se repiten, lo que ocasiona una gran limitación en el desarrollo de las actividades normales (debido a la ansiedad que causan y al miedo a sufrir nuevos episodios). No necesariamente debe existir una situación amenazante o un desencadenante claro, pudiendo encontrarse la persona más o menos tranquila en los momentos previos o incluso dormida.


Este trastorno, que se clasifica dentro de las neurosis, no tiene nada que ver con la locura o psicosis, ni desencadena con el tiempo en un cuadro de este tipo. Es importante recalcar esto, ya que muchos pacientes que sufren este trastorno, o sus familiares, piensan que se están volviendo locos.

Lo que sí es frecuente es que las personas afectadas por el Trastorno de Pánico desarrollen cuadros de tipo depresivos, fobias múltiples o abuso de alcohol y drogas si no son tratados a tiempo y adecuadamente.

Según los especialistas, en alguna oportunidad todos podemos sufrir una crisis como esta y no es para preocuparse. El problema es cuando se vuelven recurrentes.

Los fármacos que se utilizan para el tratamiento son de dos tipos: Por un lado están los ansiolíticos, que actúan ayudando a que la crisis pase más rápido y a enfrentar mejor las situaciones amenazantes. Para complementar esta acción se indican antidepresivos que actúan mejorando la acción de un neurotransmisor llamado serotonina y tienen un efecto de bienestar a más largo plazo.

Muchas personas se sienten mejor si saben cómo actuar ante un nuevo episodio de crisis. Para esto necesitan recibir información clara y aprender algunas técnicas que pueden ser muy útiles, como ejercicios de relajación y respiración.



Fuente:
Diagnóstico Canal 13

sicólogos.net

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