VER JUZGAR Y ACTUAR

METODOLOGIA DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

¿Cómo reflexionar sobre la realidad socio-política y económica desde el Evangelio?

Decía Juan Pablo II, en la encíclica «Sollicitudo rei socialis» (no. 41), que “el cristiano sabe que puede encontrar en la Doctrina Social de la Iglesia los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción de las que puede partir para promover un humanismo integral y solidario”.

Para elaborar estos principios, criterios y directrices, la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) pone en práctica un método sencillo, que se utiliza desde la época del Papa Juan XIII; se trata del ver, juzgar y actuar.

Aun cuando es un método en tres momentos, hay que verlo funcionar como un único proceso integral que consiste en la reflexión sobre la realidad desde la perspectiva del Evangelio para desarrollar acciones concretas conducentes a la transformación de la realidad misma en la que está inmersa la Iglesia.

VER: el análisis de la realidad

El ver es un momento del proceso que parte de la vida. En el ver, la DSI abre los ojos a los diferentes acontecimientos que tienen lugar en el seno de la historia y lanza una mirada sobre las situaciones que viven los pueblos, las naciones y los grupos sociales.

Este primer momento implica el uso y la asimilación crítica y creativa de los datos, los aportes, las teorías y las hipótesis de las ciencias humanas y sociales. Éstos no son más que medios auxiliares para mirar, comprender y expresar la realidad que percibimos.

En este análisis se estudian dimensiones importantes de la vida del ser humano, como la economía, la política y la cultura. Se analizan, de manera particular, las estructuras políticas, económicas y culturales causantes de la injusticia, la desigualdad, la miseria, el hambre, la guerra, en fin, la anticultura de la muerte.

JUZGAR: iluminación de la realidad con la luz del Evangelio

En cuanto al juzgar, este momento no es más que profundizar la mirada del cristiano hacia la realidad, pero esta vez, a partir del Evangelio. Se busca confrontar la realidad analizada con el ejemplo y las enseñanzas de Jesús. En el juzgar se ilumina la realidad con la luz de LA PALABRA DE DIOS para entender cuál es la voluntad del Señor y qué acciones y actitudes tendría que asumir un cristiano en circunstancias históricas concretas.

En este momento fundamental, la lectura orante de la Palabra permite juzgar los signos de los tiempos, formular criterios de juicio y valorar los acontecimientos históricos. A partir de esta iluminación, el cristiano encuentra principios y líneas generales que orientan y animan su trabajo a favor de la construcción del Reino de Dios y de una sociedad más justa y fraterna.

Con el JUZGAR, la DSI se coloca a la escucha de la voluntad de Dios. En esta iluminación también es muy valioso el pensamiento de los Padres de la Iglesia, de los Sumos Pontífices y de toda la reflexión teológica sobre los temas sociales que la Iglesia ha producido a lo largo de los siglos.

Actuar: traducir la enseñanza de la Iglesia en acciones concretas

El tercer momento, ACTUAR, no es más que la concreción de los dos elementos anteriores. Implica construir en forma personal y social las alternativas que se pueden poner en práctica para cambiar la sociedad desde una perspectiva evangélica, buscando alcanzar el mayor bien posible.

El ideal es que el cristiano haga surgir, con su actuar, una realidad diferente, según el plan de Dios, con el apoyo de los principios éticos, normas de juicio y criterios de acción que enseña la DSI. Corresponde a los cristianos asumir con creatividad y con prudencia esta enseñanza para traducirla en compromisos concretos.

Un método sencillo que implica un proceso de conversión

Ver la realidad, juzgarla a la luz del Evangelio y discernir las opciones y compromisos para transformar la situación histórica concreta (actuar) son aspectos propios y parciales de un proceso en el que están profundamente relacionados e interconectados y donde cada paso supone e implica el otro.

Por otra parte, el método es sencillo, pero su aplicación no es fácil. Invita a un gradual y profundo proceso de conversión, que permita acercarnos lo más posible a mirar la realidad con los ojos de Dios. Si el ver nos lleva a descubrir la realidad, el juzgar nos debe llevar a preguntarnos desde qué valores y finalidades percibimos y juzgamos esa realidad y cuáles son los valores que deberían movernos en nuestro actuar cotidiano.

Finalmente, la puesta en práctica del ver, juzgar y actuar se enriquece sobre manera cuando se realiza en comunidad, sea ésta local o eclesial, pues la participación comunitaria aporta puntos de vista que no siempre están presentes en los análisis teóricos, amplía el conocimiento de la realidad y puede ayudar a optar por alternativas de acción que respondan mejor a las necesidades de las personas y los grupos sociales.

Teología de la Liberación,actualidad

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