“Dominus fortitudo mea” José Manuel Santos


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Desde el momento de conocida noticia del fallecimiento de Monseñor Santos, la iglesia de los padres Carmelitas de Viña del Mar, fue testigo de inmensas romerías de feligreses que querían rendir un homenaje agradecido a don José Manuel.

Don José Manuel fue sacerdote del clero de Valparaíso. Ejerció su ministerio sacerdotal como profesor y director espiritual del Seminario de Valparaíso, profesor en la Universidad Católica de Valparaíso, Notario del Obispado y Asesor de la Acción Católica Universitaria.

En un templo pleno de asistentes provenientes de Valparaíso, Viña del Mar, Santiago y San Felipe, fue celebrada la Santa Misa el domingo 16 de septiembre de 2007, a las 15 horas.

Fue presidida por el Obispo de Valparaíso, Mons. Gonzalo Duarte, por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Aldo Cavalli, y los obispos Cristián Contreras Molina (San Felipe), Sergio Contreras (emérito de Temuco), Carlos Camus (emérito de Linares), Alberto Jara (emérito de Chillán), Miguel Caviedes (emérito de Los Angeles), Santiago Silva (Auxiliar de Valparaíso), Fernando Chomalí (Auxiliar de Santiago) y Cristián Contreras Villarroel (Auxiliar de Santiago).

En una emotiva homilía, Mons. Duarte delineó los rasgos característicos de Mons. Santos, destacando entre ellos la búsqueda del rostro de Dios, su amor a la verdad, su inteligencia superior puesta al servicio de la misión de la Iglesia, su amor por la espiritualidad carmelitana y sobre todo el haber vivido intensamente su lema episcopal: “Dominus fortitudo mea” (Dios es mi fortaleza).

Destacó el gran servicio prestado a la Conferencia Episcopal de Chile, habiendo sido su Presidente durante cuatro períodos, en circunstancias difíciles de la historia patria.

Duarte, que acompañó constantemente a Mons. Santos durante su estadía en la diócesis de Valparaíso como Carmelita y en el último tiempo de su enfermedad, ofreció un testimonio que es un legado de cómo un creyente debe prepararse para el instante solemne de la muerte. En un diálogo con don José Manuel, Mons Duarte le preguntó:

- Don José Manuel, ¿Usted le teme a la muerte? Y don José Manuel, le dijo: “No. Confío absolutamente en la misericordia de Dios”.
- Don José Manuel, ¿Usted le ha temido a la muerte? Y don José Manuel, dijo: “Sí, cuando era un joven sacerdote”.
- Don José Manuel, ¿desea Usted la muerte? Y don José Manuel respondió: “No es para tanto”.

Una asamblea doliente, irrumpió en fuertes risas de gratitud por un testimonio tan relevante y lleno de esperanza ante la solemnidad de la muerte que nos proporcionó don Gonzalo.

Rodeado por cerca de un centenar de sacerdotes diocesanos y carmelitas, los restos mortales de don José Manuel fueron depositados en la carroza que lo transportaría hasta la arquidiócesis de Concepción donde se realizarán las exequias y será sepultado en la cripta de los arzobispos de la iglesia Catedral.

A las 16,15 horas, la carroza escoltada por motoristas de Carabineros, emprendía su viaje hasta Concepción en medio de los aplausos espontáneos de los centenares de feligreses presentes para agradecer a Dios el regalo de la vida sacerdotal y episcopal de Mons. José Manuel Santos Ascarza.

Fuente: Prensa CECh

Valparaíso, 16/09/2007

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