La cultura machista no acepta la igualdad entre los seres humanos



Acerca de la igualdad entre el hombre y la mujer, la escasa aceptación del ser humano mujer.

«Estoy en contra de cualquier diferencia; me afirmo de la primera página de la declaración de los Derechos Humanos, dice, claramente, que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos"

Cuando Dios creó al hombre (varón y hembra), lo creó a su imagen. El puso sus características en la raza humana. Ambos, varón y hembra, hechos a imagen de Dios.
Ambos son importantes para Dios.
En Gálatas 3:28 dice: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.

Y en 1988 en la Carta Mulieris Dignitatem, el Papa Juan Pablo II afirmó acerca de la igual dignidad y status de las mujeres con los hombres y de la igual participación de las mujeres y los hombres en la vida de Dios desde la creación.

Aspiramos y nos nutrimos de una cultura que domina y humilla a las mujeres colocándolas en un lugar inferior donde se aprende a convivir desde el desprecio, menosprecio y postergación como seres humanos.
La violencia de género es un fenómeno social que sufren las mujeres, profesadas por los hombres en nombre de una falsa superioridad masculina.


Un detalle que suena liviano pero bien ejemplificado se me viene a la mente, no me pregunten por qué: Cómo no acordarse de ese típica tradición de traer al mundo un primer hijo varón, ¡que lesera verdad!, pero a la larga nos desvaloriza, es el habitual deseo honrar al padre con un primer retoño varón...siguiendo el apellido porque o sino se pierde.
Suena irrisorio pero si no te nace un niño, te susurran dont worry para otra vez será... como lamentando la llegada de la mujercita. Vaya que lo habremos escuchado ene veces y hasta lo hemos pensado.
Se me ocurre abordar o que se puede visualizar el tema desde las leyes sociales, que son afectadas por la cultura machistoide. Donde se acepta golpear a la mujer, y que no es un crimen hacerlo una y otra vez.
O donde la mujer que mata a su violador es condenada por exceso de defensa, donde las cortes no toman en cuenta a la mujer su eterno sufrimiento, desvalorización, deshumanización, etc.,etc., entonces es un continuar transmitiendo actitudes machistas.
Otra cosa:
Y por otro lado muchas de nosotras continuamos transmitiendo patrones de conducta machistas a nuestras hijas e hijos. Cuando tenemos hijas les exigimos desde chicas que ayuden en los quehaceres de la casa mientras que a los niños no les reclamamos nada.
A las niñas les compramos muñecas, a los varones autitos;
Fácil reconocerlo y hacer un MEA CULPA anidada en nuestro inconciente a que desde niñas aprendan su rol: el deber ser madres y cuidar a sus hijos, aparte le incluimos su profesión, ultra exigentes con ellas.
Si un niño juega con muñecas es marica, porque los niños no juegan con muñecas.
¿Alguien se pregunta y dónde los niños van aprender a ser padres?
Nosotros los padres y las madres traspasamos la cultura machista en cosas tan naturales y obvias: en los regalos que hacemos a nuestros hijos e hijas.
Los queremos a todos por igual, pero regalamos lo que la cultura nos enseña haciendo diferencia entre ellos

Hay que romper ahora y no mañana una multitud de patrones psicológicos y socioculturales que nos han lastimado, pero la cuestión no es fácil.
Destrozarlos y sustituirlos con modelos liberadores demanda humanidad de conciencia, voluntad en positivo y que la comunidad esté identificada con esta lucha. Porque urgentemente necesitamos que esta transformación sea penetrante, radical, nadie puede cerrar los ojos.

Hoy algunos se aterraban de conocer que viven mujeres que se resignan y aceptan ser mal tratadas, conviviendo con el miedo parte de sus vidas, que retiran acusaciones de sus parejas porque se les hace creer y se les remarca desde el medio social quedarán despojadas del mínimo sustento económico y que se obligan a callar por el constante hostigamiento de la familia tanto de la víctima como del victimario por denunciar al padre o conviviente, lo cruel es que ha pasado siempre, lamentable no es reconocerlo; son mujeres muertas por dentro y no piensan por ellas, si lo hacen lo definen como postergación por el bien de los hijos y del hombre. Esa no es señal de una búsqueda de igualdad entre seres humanos.

A menudo las mujeres buscamos la protección, pero se torna dañina viniendo de quienes han declarado querernos, mientras nos basurean al mismo tiempo, ahí no hay amor. El amor no violenta, no arremete ni mata.


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