Las historias de mujeres golpeadas por aquellos que les han jurado amor son una luz de alerta para los indicadores de nuestro “desarrollo”.

En Punta de Tralca, se emitió una declaración al término de la 94ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile. Entre los interesantes puntos que tocaron de la contingencia nacional, hubo uno el cual esperaba desde hace meses, por fin, se atrevieron abordarlo para hacer notar a la comunidad país, la preocupación existente con la poblemática de la mujer en esta sociedad donde las mujeres se encuentran vulnerables y son violentadas en nombre del mal amor.
Sugiero lean atentamente desde el item 8 hacia delante, cariños, Carol.



8. De un modo especial nos duele y alarma las situaciones de violencia que se generan al interior del hogar y otras expresiones de violencia que conmueven y desestabiliza nuestra convivencia cotidiana. No podemos resignarnos a que los golpes resuelvan lo que el diálogo no puede zanjar. Las historias de mujeres golpeadas por aquellos que les han jurado amor son una luz de alerta para los indicadores de nuestro “desarrollo”. Esta salvaje agresión, que muchas veces se oculta o minimiza, no nos puede dejar indiferentes.

9. Examinemos con qué testimonio estamos enseñando a las nuevas generaciones a resolver conflictos por la vía del diálogo. La educación para una auténtica cultura de la paz es una tarea urgente para la felicidad de las familias, y el crecimiento integral de jóvenes y niños. Éste es uno de los desafíos más urgentes que nuestro país tiene por delante, en la perspectiva del próximo Bicentenario.

10. No podemos celebrar el nacimiento del Señor de la Vida, sin manifestar la profunda tristeza que nos embarga al constatar una persistente actitud atentatoria contra la vida humana. Reiteramos nuestro insistente y respetuoso llamado a las autoridades gubernamentales y parlamentarias para que acojan y protejan la vida desde su concepción hasta su muerte natural.

11. En el espíritu de Navidad, tiempo de esperanza manifestamos la convicción de que “la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, la luz de su Palabra, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficiencia de la justicia y del amor en nuestras sociedades” (Benedicto XVI). Acogiendo la invitación de Aparecida a ser discípulos misioneros, nos comprometemos en esta tarea y confiamos a nuestra Madre, la Santísima Virgen María cuyo mes celebramos en este tiempo, que interceda por el bien de esta Patria que tanto amamos.


Leer texto completo en este link : Que el Diálogo se abra paso entre nosotros

Declaración al término de la 94ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile




,,,,,

Entradas populares