Soy Hija del Desorejado Padre Fundacional de Chile



Un ser desprovisto de todos sus apegos verá lo esencial de simismo, un proceso urgente que nos insta a nunca más parapetarnos de armaduras que al oxidadarse corroen nuestros sentidos.
El desorejado. Padre fundacional de Chile

Revivir para volver a nacer.




Con estas palabras intento reflejar mi agradable y humilde semiótica experiencia que se me revela gracias a la muestra plástica, “El desorejado, Padre Fundacional de Chile” de nuestro querido artista Edgardo Neira.

Esta actividad fue presentada ayer en la Casa del Arte por la escuela de verano de la U.de C. PERDÓN, MEMORIA Y NACIÓN, asisto diariamente a clases.
Comparto, entonces, este testimonio una experiencia de despojo y resistencia.
Me detuve, frente a una muralla roja, calmadamente fui leyendo con los ojos del corazón el texto que rezaba la historia del famoso desorejado padre fundacional de Chile, preciso expresar no tenía antecedente alguno para sostener una aproximación de la obra sino lo descrito allí.

Descubrí cual niña exploradora esta entrañable obra, llevaba años de exposición, pero una pasa de largo, apenas se da el tiempo de abrir las persianas de la habitación; sino que lo delicioso de la vida son aquellas oportunidades que consentimos, hacer lo que se quiere hacer por una decisión de la voluntad, ayer fue un tiempo apacible para concederme ciertamente a la contemplación y la tonificación de mis sentidos.
Esos cuadros colgados armoniosamente pintados de historia, olían a verdaderos testimonios de una memoria que para concretar su amnesia deberá pasar por estados de sangre, sudor y lágrimas.
Hay que decir que el episodio ocurrió hace más de 500 años, la historia corresponde a un soldado homenajeado, figura oculta de la historia, un hombre perteneciente a la tropa del Adelantado don Diego de Almagro, que fue acusado de robo, y recibe castigo punitivo como el de le cortárseles sus orejas.
Desgraciado hecho, exaltación en sus entrañas para convertirse en el primer autoexiliado en pleno desierto de Atacama, coexistiendo a modo del despojado de vestiduras, le acompaña en este peregrinaje un sable de guerra y su cruz para caminar la vida nueva. Este quería padecer y muy ansiosamente amnesia, que borraría la desesperanza primera del primer capítulo de su vida.
Lo hallado ayer, un recreo en la obra se queda en mi mente, una serie que sacude y me emociona; hace tejidos en el corazón de mí existencia. Me apasiona la libertad de ese otro, la libre expresión se hace pública en Edgardo Neira, quien contribuye a despertar nuestra memoria histórica y bicentenaria.
Recomiendo no perder de vista la obra indicio colectivo que recoge la profunda sensibilidad de un hombre para esparcir la materialización de ideas atesoradas contemporáneamente históricas en la patria; que camina añosamente junto a su pueblo .

Un desorejado que se libera.
Despojarse de un modo de vida que cercena su alma, pobre sufriente desorejado y cansado de vivir hostilidades, que descubre un camino nacido en la luz de su profundo lamento, y que lo invita a transitar por el mundo nuevo abriéndose paso por rutas agrestes y herméticas. El desorejado toma su vida y se hace cargo.
Recién ahí, el desorejado tiene plena intervención como conductor de la patria nueva, a través del amor junto a la mater indígena.
Este estigmatizado vivirá el día de liberación porque no dejó nunca la cruz de su tormento, capaz de tomar el madero y mirar en el dolor un horizonte mejor.
Neira , vivificante artista hace eco de la formación y conformación de una nación.

Anécdotario: La niña que llevo dentro, se preguntaba dónde estaban los hijos e hijas del desorejado padre fundacional, no veía ningún cuadro acerca ellos; me llevaría, entonces, a preguntarle a Edgardo, muy tímidamente, dónde están los hijos e hijas del famoso desorejado padre; me mira a los ojos, sonríe y me susurra al oído , “somos nosotros”, “somos nosotros”. Ese instante me descubri hermana de este maravilloso artista

Gracias, Edgardo, por desarrollar tus dones y talentos que, sabiamente, compartes con tanto desterrado que anhela un norte redentor.
El autor puso mirada en la leyenda de Triviños, quien nos muestra un pater seductor quien tuvo muchos hijos e hijas con aquella bella mujer aborígen, la mater compañera.

Carol Crisosto Cádiz.

EL DESOREJADO PADRE FUNDACIONAL DE CHILE

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