LA PASIÓN DE JESÚS VIVIDA EN OTILIA VARGAS MADRE DE CINCO HIJOS DESAPARECIDOS EN TIEMPOS DE DICTADURA UN EJEMPLO A SEGUIR








La chilena Otilia Vargas, maestra graduada normalista y comprometida mujer creyente, formadora de varias generaciones de estudiantes de nuestra país ; una madre quien perdió a cinco de sus seis amados hijos como ejecutados políticos durante la dictadura Pinochet (1973-1990) falleció ayer sábado, a los 83 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio.

Otilia fue una auténtica discípula de la figura de María, madre Jesús.


María fue madre de un ejecutado por motivos políticos más que religiosos.
“La madre de Jesús”, acompaño a Otilia en su vida,constantemente demandó justicia y verdad lo digo convencidamente pues ella representa maravillosamente el ejemplo de tantas mujeres que en estos años han trabajado para que sepa la verdad de la historia en tiempos oscuros .
Otilia tuvo una enorme capacidad para escuchar como lo hacía María, que frente a la palabra de un Dios enigmático, misterioso e interpelante supo rumiarla “la que iba madurando en la vida”, mirando al cielo se dijo más de alguna vez que desde alguna parte del universo sus hijos le estaban entregando su energía para buscar a sus asesinos, pidiéndoles valor y que le dieran fortaleza a su hija. Una mujer que durante todos estos años vivió suplicando la Justicia humana. Otilia se ha marchado, no obstante, aún hay muchas madres que han sobrevivido que seguirán estando en la memoria de este pueblo trabajando por que esta historia sea mas justa.
n los primeros años de la Dictadura estuvo auxiliando a quienes eran acosados por la policía secreta chilena, un ser tremendamente jugado que estuvo a favor de los derechos humanos en Chile. Honor y gratitud para Otilia quien junto a otras madres forjadoras para que se mantenga aún viva la memoria histórica de nuestra país , es la la búsqueda incansable del paradero de sus hijas e hijos , quienes fueron secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de Estado que se ejerció en la nefasta dictadura militar .

Un infatigable trabajo realizó entre 1973 y 1976, período distinguido por una sanguinaria represión contra los opositores.
El 10 de septiembre de 1974 cayó Carlos Pérez Vargas. Tenía 25 años. Lo sacaron de su trabajo en la calle Estado 360. Nunca se volvió a saber de él, salvo testimonios de detenidos que dicen haberlo visto en cuarteles de la DINA. Carlos había salido del hogar materno para casarse con una costarricense, que dio una larga batalla por encontrar a su esposo y murió años más tarde de un cáncer en su país

Su hijo Dagoberto, miembro de la Comisión Política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), murió en octubre de 1975 en la localidad de Malloco, al suroeste de Santiago por inhumanos agentes represores. Dagoberto fue sepultado en el Cementerio General de Santiago, pero en una fecha no determinada su cadáver fue desenterrado y hecho desaparecer. No puedo dimensionar aquel dolor de madre a través de ese grito interpelado al no saber donde estaría Dago.
Estas muertes hicieron mella en su corazón de mujer y madre.

En febrero de 1976 otros dos hijos Iván y Mireya, que eran mellizos, cayeron en un enfrentamiento con las fuerzas represivas en el sector santiaguino de La Florida.

Iván murió en el sitio del combate, mientras la joven, según testigos, fue capturada con vida y llevada a "Villa Grimaldi", el más conocido campo de prisioneros de la DINA, donde fue torturada hasta la muerte por sus celadores.

Consecutivamente Otilia Vargas, junto a su esposo, Osvaldo Pérez y Patricia, su única hija superviviente, abandonaron Chile y se exiliaron en Cuba, regresando en los 90s para integrarse a la lucha judicial junto a los miles de familiares de las más de 3.000 víctimas de la ultrajante dictadura.
En 1991, apenas recuperada la democracia, Otilia hizo su primer viaje a Chile. Vino con una misión muy concreta: entregar su propio testimonio de lo sucedido a través de un libro que tituló "La dictadura me arrebató cinco hijos". Poco después volvió para quedarse. Dice que al hacer ese libro inició un proceso de sanación. "Gran parte de mi dolor salió allí, para ir ganando paz"
Otilia Vargas de físico frágil tuvo la fuerza de Dios vivo en ella para poder soportar y levantarse ante tanta injusticia además todos sus hijos caídos ocupan una página completa del Informe Rettig. El esposo de Otilia, Osvaldo Pérez falleció hace cuatro años, junto a Otilia testimoniaron con sus vidas la dramática experiencia desu familia; la de Cinco hijos amados muertos.
Les sobrevive su hija Patricia, con quien solidarizo a través de la distancia, con cariño te acompañamos a ti y familia.
Sus restos están velándose en la Iglesia Don Bosco, ubicada en Gran Avenida 8340 paradero 22 y medio, Santiago de Chile.
Sus funerales se realizarán el lunes 16 de junio en el Cementerio El Prado de la comuna de La Florida, a las 12 horas.

Se me viene a la mente la multitud de besos y lágrimas que Otilia habrá derramado cuando miraba las fotografías de sus hijos desde sus nacimientos hasta el momento previos a sus desapariciones. Asi y todo mujer resiliente con un corazón bendecido supo sobrellevar los dolores y luchando por conocer lo sucedido eternemente pidiendo justicia.

A más de 30 y tratos " años No se ha hecho Justicia". Nuestros gobernantes y legisladores junto a los tribunales han sido incapaces de esclarecer la verdad de aquellos hombres y mujeres sencillas, que a muchos ofendieron con sus ideales, que importunaban porque soñaban y profesaban justicia social, aquellos que se la jugaron y que dieron la vida por sus creencias que favorecían a la gente que vivía en condiciones desfavorables.
Chile no vive una conciencia práctica de los Derechos Humanos.
Además hay que reconocer que la sociedad en general pretende olvidar el asunto sin repararlo, si el olvido se hace dominante deja el camino abierto a que tales actos puedan volver a cometerse, pasando a llevar sin ningún reparo, la dignidad de los pueblos, de las personas, y del mundo entero, pues la declaración de Derechos Humanos es Universal.


Ella vivió una burla sangrienta la que debió ser impulsada con más fuerza por la demanda de verdad y justicia de amplios sectores sociales, políticos y religiosos como se hizo en la lucha contra la dictadura,pero enteos tiempos democratizados que se quedó truncado en el camino.
Otilia Vargas será más temprano que nunca algún día honrada por la Patria como ejemplos de coraje y amor humano contra toda esperanza.

Cito a Esteban Gumucio :"La relativa paz de la "post-dictadura" nació de la sangre de los mártires y del silencio incontaminadode muchos perseguidos. Ningún verdadero hombre libre tiene derecho a decir "Déjemeen paz con el pasado... ahora, borrón y cuenta nueva!" La verdadera paz es luz de la verdad hecha experiencia solidaria. No es borrón de nada. Losborrones dejan sucia la hoja de vida de una iglesia o una nación.


Donde se emplea la tortura,exija el respeto al Hombre, obra maestra de Dios

Carol Crisosto Cádiz.

Fuente:NUESTRO CANTO, LND



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