¿Para qué celebramos Adviento?

Un año más llega el Adviento, y lo hace invitando a la preparación, a recorrer este camino de cuatro semanas en las que vamos haciendo espacio en nuestro corazón para recibir a Jesús. 
Todos los años hacemos este camino , pero cada ocasión es distinta: han podido cambiar nuestras circunstancias personales, familiares, laborales, de estudios… y también varían los acontecimientos que pasan en el mundo. Seguimos afectados por todas las realidades de violencia, sufrimiento e injusticia que venimos viviendo todo este curso, y sabemos que Dios también siente ante estas situaciones… ¿Y cómo siente Dios?

Cuando Dios decide venir al mundo acepta sentir como cada uno de nosotros, y nos regala poder sentirle a Él, no sólo pensarle, o alabarle, o pedirle… sino experimentarla desde nuestros propios sentidos.

Él miró la realidad con nuestros ojos, la oyó, la tocó, la levantó… y lo hizo con la misericordia, la incondicionalidad y la entrega más grande que hemos conocido. 
Dios que se hace hombre es una puerta abierta que conecta su realidad con la nuestra, y que nos va a permitir, si ponemos el corazón en ello, sentir al ritmo que Dios siente. Contagiarnos de su misericordia, de su ternura, de su compasión.

Activemos este Adviento nuestros sentidos (mirar, oír, tocar…) para percibir el palpitar de la presencia sanadora de Dios. 
Porque Dios nacerá, pero ya está naciendo, ya está sanando, acompañando, guiando… 
Prepararnos para el nacimiento de Jesús no es más que contemplar cómo nace en la realidad cada día, especialmente en estas cuatro semanas, para poder celebrar con una certeza afianzada en el corazón: ¡claro que naces, Señor!

Fuente ssccreligiosas.es



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