Bus de la libertad y de los niños transgénero

Nemo Castelli SJ
Me preguntaron qué pienso como sacerdote del autodenominado "bus de la libertad" y de los niños transgénero.
Para responder como comunidad católica propongo ser fieles al magisterio papal: partir de la realidad y no de las ideas preconcebidas que tengamos. "Primerear" diría el papa Francisco... tomar la iniciativa, sin miedo, salir al encuentro movidos por el amor y el profundo respeto por la persona humana... involucrarnos, escuchar, ponernos de rodillas, no hacer juicios... sabiendo que muchos cosas que nos enseñaron se verán cuestionadas.
¿Qué he encontrado hasta el momento? Que un niño transgénero no puede evitar identificarse con un niña, o vice versa. Que no son inventos. Que cuando no son escuchados y comprendidos... son chiquitos muy tristes, que se aislan. Que sufren mucho por la discriminación y el bullying porque sienten que están en el cuerpo equivocado. Que muchos de ellos - se estima en un 40% - cuando no son acompañados en su cambio de identidad social o médico, terminan suicidándose. Que los papás en Chile no saben muy bien qué hacer... y que sufren al ver sufrir a sus hijos e hijas transgénero.
Tenemos que empezar por acoger, por defenderlos de la discriminación injusta...y escuchar, informarnos, aprender de ellos... y caminar juntos.
Si hacemos esto... todos seremos más felices (Jn13,7)


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